El Instituto de Terapéutica Operatoria, más conocido como Instituto Rubio, debido al nombre de su fundador -Federico Rubio y Galí (1827-1902)-, fue uno de los centros médicos y de investigación más relevantes en el paso del siglo XIX al XX.
Sus orígenes se remontan a 1880, cuando se cedieron al doctor Rubio cuatro salas del Hospital de la Princesa (situado en la actual calle de Alberto Aguilera, junto a la Glorieta de San Bernardo) para que aplicara sus avanzadas técnicas quirúrgicas y con el objetivo de impulsar la enseñanza de las técnicas quirúrgicas. Estas dependencias se quedaron pronto pequeñas para las necesidades del Instituto, y se comenzó a proyectar en 1894 la construcción de un nuevo edificio que fuese un centro propio e independiente, bajo el diseño del arquitecto Manuel Martínez Ángel. El nuevo centro se inauguró el primero de octubre de 1896.
El capital invertido en la construcción del edificio y la instalación completa de todos sus departamentos ascendió a 430.000 pesetas, que fue costeado, en gran parte por el propio Federico Rubio.
En 1897 el Instituto se trasladó al nuevo edificio de La Moncloa. El nuevo edificio fue un paradigma de centro asistencial y de investigación moderno; constaba de varios pabellones, uno central destinado a la dirección, junto a habitaciones para enfermeras, laboratorios y salas de desinfección y de operaciones; que además comunica con dos enfermerías (derecha para las mujeres e izquierda para los hombres) y en el centro de la misma el botiquín especial, un altar y otros cuartos; detrás de este complejo se levanta otro edificio destinado a consultorio de todas las especialidades (Ginecología, Cardiología, Urología, Oftalmología y de infecciosos), laboratorio de investigación del cáncer y salas comunes (cocina, comedor de convalecientes y dos consultorios); además tenía una elegante capilla y un depósito de cadáveres; finalmente, alejado de todo lo demás, se erigía un pabellón de enfermos infecciosos con cinco camas en habitaciones separadas.
Rubio, como cirujano, fue pionero en operaciones de ovario (1860), matriz (1861), resección de maxilar superior (1864) y laringe (1870). El doctor Rubio permaneció enterrado en la capilla del Instituto, que se sepa, hasta la Guerra Civil, cuando el complejo sufrió tantos daños que fue imposible su recuperación.
Durante la contienda de la Guerra Civil el centro quedó totalmente destruido e irrecuperable, con lo que la obra del doctor Rubio finalizó al destruirse el complejo que conformaba el Instituto de Terapéutica Operatoria. Sobre los terrenos que ocupó el Instituto se erige en la actualidad la Clínica de la Concepción en Madrid.