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Un rayo en la retorta
En el fondo del fondo del fondo
de la creación,
la vida enciende la vida. -
Caída del aviador
Este hombre escapó a los sucios hados,
Sabiendo que murió, como murió, noblemente.
Oscuridad y nada del humano trasmundo,
Recibidlo, acogedlo en las profundidades del espacio,
Profundum, trueno físico, dimensión en la que
Creemos sin creer, más allá de la fe. -
Ecuación Blake
Una mosca X
dos moscas un tigre X
tres moscas X
A (El conjunto iguala los patriarcas). -
El matemático imperial
Tycho BraheSoy un observador, tomo nota del cielo,
¿Qué es?, ¿también él siente y titubea?,
¿qué lumbre dio calor al corazón
de la materia?, ¿qué claridad abriga lo remoto?
No, no tengo miedo de la noche,
yo cuido la penumbra; ebria de ocasos
mi mirada, de números que flotan
en la niebla de Uraniburg. Mis nieblas
entre Elsinor y Copenhague,
rodando como frutos que el rocío le impone
al mapa que dibujo de este cielo invisible.
Nieblas y lentes, lluvia rumorosa,
vino añejo y hermosos mundos. ¿de qué color, -
La materia no muere
La materia no muere, se transforma
-dicen-. ¿Qué serás tú mañana? Esta
materia tan querida, ¿qué respuesta
le dará el tiempo a tu armoniosa forma?
¿Y que será de mí? Lo que me ahorma,
donde tanta amargura tengo puesta,
esto que soportar tanto me cuesta,
¿encontrará en la muerte su reforma?
La materia que a ciegas hoy chocamos
cuando, pena con pena, nos amamos
¿será mañana rosa, escoria o grama?
De cualquier suerte no nos salvaremos.
Substancia ciega y triste que seremos,
que somos, que hoy respira y sufre y ama... -
Ante un cadáver
¡Y bien! aquí estás ya. sobre la plancha
donde el gran horizonte de la ciencia
la extensión de sus límites ensancha.
Aquí donde la rígida experiencia
viene a dictar las leyes superiores
a que está sometida la existencia.
Aquí donde derrama sus fulgores
ese astro a cuya luz desaparece
la distinción de esclavos y señores.
Aquí donde la fábula enmudece
y la voz de los hechos se levanta
y la superstición se desvanece. -
Caos cósmico (o cosmos caótico) ii
Mira cómo cada mota se divierte
componiendo con la otra algún objeto
o un proceso o un principio, de tal suerte
que la vida y la conciencia -y el soneto-
son los juegos del azar y de la muerte,
que son toda la verdad. A lo que objeto:
el sentido -tan curioso- del sujeto
¿cómo puede ser producto de la suerte?
¿Tiene entonces esa suerte como una
intención que manipula cada cosa
y le otorga su función sobre la luna
de este mar de la Ilusión que nos rebosa?
¿Es la suerte o el azar como una diosa?
(Los antiguos lo llamaron la Fortuna.) -
Serenidad y dicha del sabio
Es dulce, cuando el viento zarandea
la planicie del mar interminable,
ver el penoso esfuerzo de los náufragos;
no porque nos provoque complacencia
el mal ajeno, sino porque es dulce
sabernos libres de ese mismo mal.
Es también dulce contemplar magníficas
contiendas en los campos de batalla,
pero sin exponerse a los peligros.
Aunque nada hay más dulce que habitar
los apacibles y elevados templos
que vela la doctrina de los sabios,
y extender desde lo alto la mirada
hacia los hombres que, perdidos, yerran -
Mientras los astrónomos
Una negrura de lava presidía la noche
en la isla oscurecida
y una monotonía de té de Ceilán -
Los alquimistas
Cuando la magia estaba en bancarrota,
en esos días que se parecen tanto a la dimisión
de los cuervos
(ya sin augurios la piedra filosofal),
ellos cogieron una idea,
una formulación rabiosa de la vida,
y la hicieron girar
como a la bola del astrólogo;
miles de manos desolladas
haciéndola girar
como una puta vuelta a violar entre los hombres,
pero ya de la idea sólo quedaba su enemigo.