• Clamor

    S=k1n W
    Ludwig Boltzmann

    Tras el humo sereno
    de este sueño vacío
    hay un cuerpo inconcluso que se arrastra.
    Van pasando las páginas en blanco
    y las vidas olvidan su vocación de pausa.

    Alguien se mueve. Míralo. Se acerca
    dibujando sus huellas con las hojas del tiempo.
    Nadie sale a su encuentro. Dos montañas
    le dan la espalda inhóspita y morada.
    Su mirada de fuego apenas puede
    separarse del fondo
    en el brillo disperso del otoño absoluto.
    Un soberbio edificio de bóvedas perfectas,

  • Cántico cuántico-fragmento-

    Acércate a esta roca junto al mar y mira:
    es casi enteramente espacio vacío
                      (mírala electrónicamente)
    es evanescente espuma toda ella
    como la espuma de mar que de las rocas nace y en las rocas se deshace..
    Efímeras partículas que no están ni aquí ni allí,
    yendo y viniendo al azar de las olas de un mar vacío.
    Partículas que surgen de la nada y vuelven al olvido.
           &nbs

  • Noticia del caos

          Como una inundación, como el reflujo
    de una lenta marea
    en retirada, que amontona restos
    de destrucción, una ciudad, un vértigo,
    esparce por el caos sus chabolas,
    sus comercios, sus bancos, sus rugientes
    avenidas, eleva
    como velas deshechas
    entre la tempestad, sus rascacielos.

          El universo es equilibrio. El caos
    está en el hombre. Nace de sus actos,
    de su tumultuoso
    vivir, del desconcierto
    de su amor, de su afán desesperado.
    El hombre, al agotarse,

  • Paleontología

          Hay rocas que conservan, alegatos
    al diluvio anteriores, las señales
    que dejaron rastreros animales
    de su paso en la tierra. Los estratos

          pedernosos en esos garabatos
    como con grandes letras capitales
    nos dicen las memorias ancestrales
    de sus vidas.

  • Elegía súbita y desamparada en la muerte de d. ramón menéndez pidal

    De la mano de Dios el viento mueve
    la cuna de los muertos;
    se abre una grieta en el confín del mundo:
    todos cabemos dentro;
    se oye la algarabía
    de las voces que nunca se entendieron,
    se amontonan palabras, se levanta
    la torre de Babel en torno nuestro:
    lo que ha sido raíz tendrá mañana;
    hoy todo está más lejos
    .

    El español que sueña que ha nacido
    y el que se viste con sus huesos,
    el español de siempre y el de nunca,
    siguen viviendo con sus muertos,
    ya están desheredados: con tu ausencia
    todos valemos menos;

  • Llamamiento contra la preparaciónde una guerra atómica

    Voy a firmar aquí porque me digo
    que es bueno andar con la sonrisa entera,
    silbar bajito una canción cualquiera,
    tener un perro, un árbol, un amigo.

    Voy a firmar aquí con el testigo
    del cielo azul sobre la lapicera,
    porque me acuerdo de una primavera
    que se coló una vez por mi postigo.

    Voy a firmar aquí porque me toco
    el corazón creciendo poco a poco
    por este amor que brota de mi hueso.

    Voy a firmar aquí contra el espanto,
    por la paz, por la vida, por el canto,
    por el gorrión que vuela cuando beso.

  • Cinco maneras de matar a un hombre

    Hay múltiples métodos engorrosos para matar a un hombre.
    Se le puede obligar a que cargue un tablón de madera
    hasta la cumbre de un monte y entonces clavarlo.

  • Sobre la inutilidad de la semiología

    Domingo. Tan agosto que me cuesta imaginar que a veces
          me ha dolido literal y metafóricamente el corazón.
    Estuve tratando de conciliar la semántica con el verano y
          su cerveza adyacente
    y la gnoseología con la nostalgia de un país donde a esta
          hora el mediodía se echa al mar arrastrando
          adolescentes en racimos,
    tratando de comprender por qué en la relación con la

  • Maquina del clima

    ¡Falso! Es una cocina vieja
    y no una máquina. Echa vapores,
    hierve, arde y se hiela.
    Caprichosa e incansable
    es la cocinera procelosa,
    permanece invisible, no le gusta que
    le miren en los cacharros,
    nos lava, rehoga y tuesta,
    tormenta y espuma. ¡Oh,
    ella cocina también sólo con agua
    y gas!

  • Si la ciencia…

    Si entendiéramos del todo
    a los veleidosos volcanes
    no habría lugar
    para las falsas alarmas.
    Las erupciones procederían
    con orden hasta su clímax
    tan pronto como la muchedumbre
    hubiera abandonado la aldea.
    Pero siempre habría
    un beodo en su estupor,
    un tozudo labriego
    o un poeta extasiado
    que eligiera sin querer
    la inmortalidad
    del molde de ceniza.