De la mano de Dios el viento mueve
la cuna de los muertos;
se abre una grieta en el confín del mundo:
todos cabemos dentro;
se oye la algarabía
de las voces que nunca se entendieron,
se amontonan palabras, se levanta
la torre de Babel en torno nuestro:
lo que ha sido raíz tendrá mañana;
hoy todo está más lejos.
El español que sueña que ha nacido
y el que se viste con sus huesos,
el español de siempre y el de nunca,
siguen viviendo con sus muertos,
ya están desheredados: con tu ausencia
todos valemos menos;
nuestro caudal fue tu trabajo; ahora
repartimos tu luto y tu silencio;
lo que ha sido raíz tendrá mañana;
hoy todo está más lejos.
Así tu muerte nos dará raíces
como tu vida nos las dio, y haremos
que tu ejemplo nos sirva de sudario:
en ti somos hermanos y en ti huérfanos;
y aún el romero cantará en tus ojos
tan claros y tan limpios y tan ciegos
que han visto siempre lo que en flor estaba,
en flor antes de tiempo;
lo que ha sido raíz tendrá mañana;
hoy todo está más lejos.