¡Falso! Es una cocina vieja
y no una máquina. Echa vapores,
hierve, arde y se hiela.
Caprichosa e incansable
es la cocinera procelosa,
permanece invisible, no le gusta que
le miren en los cacharros,
nos lava, rehoga y tuesta,
tormenta y espuma. ¡Oh,
ella cocina también sólo con agua
y gas!
¡Pobre ciencia,
que con flechas rojas y azules,
detectores, contadores y sondas
lee los posos del café!
Recetas secretas, según el estado
de las estrellas, dependientes de la bruma,
de la suciedad, del puré volcánico.
Puntualmente la cocinera saca por arte de magia
el arroz, el eneldo, la vainilla.
Imprevisible remueve el mundo
con su enorme cuchara.