Viajeros eternos
Todo fluye.
No podemos detener el espacio,
que madura en tiempo.
No podemos detener el tiempo,
que acosa inexorablemente
al ahora para convertirlo en después.
No podemos detener la luz,
que viaja perpetuamente
de un lugar a otro del universo.
No podemos detener los neutrinos,
que discurren como fantasmas
a través de la materia.
No podemos detener los electrones,
que danzan eternamente
entre lo positivo y lo negativo.
No podemos detener los quarks,
entregados a una orgía perpetua
de protones y neutrones.
No podemos detener el cosmos,
que se expande sin desfallecimiento
sobrepasando cualquier límite.
No podemos detener la nada,
que estalla hacia el ser
y se diversifica
en millones de especies.
No podemos detener el alma,
ávida exploradora del autoconocimiento.
No hay descanso.
Todo fluye en un viaje infinito.