Momia del antiguo Egipto. / Paul Hudson (PIXABAY)
Fecha
Autor
Alejandro Díaz Agero

Un TAC permite conocer la identidad de la momia egipcia 'Nespamedu'

Un estudio conjunto del <A href="http://www.man.es/man/home.html" title="Museo Arqueológico Nacional" target="_blank" alt="Museo Arqueológico Nacional">Museo Arqueológico Nacional</a> (MAN) y el <A href="https://www.quironsalud.es/hospital-madrid" title="Hospital Quirón" target="_blank" alt="Hospital Quirón">Hospital Universitario Quirónsalud Madrid</a> (HUMQ) revela el pasado de cuatro momias y los objetos con los que se embalsaron.

Del mismo modo que la norma impone el silencio cuando toca hablar de la muerte, la ostentación se ha instaurado como seña de respeto ante la figura del finado. Aunque quizás la apreciación resulte un tanto imprecisa: la magnitud de lo invertido crece en la medida en que lo hace la escala social –y en consecuencia casi invariable sus posibilidades económicas– del fallecido y su entorno. Y no es algo reciente. Hace más de 2.000 años, morir en Egipto significaba ser vaciado de vísceras y envuelto en una marabunta de vendas y resina que tenía por objeto la preparación del cuerpo para el juicio definitivo ante Osiris. A mayor estatus, mayor era el mimo con que se trataba a los cadáveres.

En el estudio del resultado de esta costumbre se ha centrado la investigación que el Museo Arqueológico Nacional y el Hospital Universitario Quirónsalud Madrid (HUMQ) han realizado, y cuyos resultados fueron expuestos ayer en el propio museo. El objetivo, descubrir el pasado de las cuatro momias que se exponen en el Arqueológico y reconstruir sus facciones, fue saldado con éxito. En gran parte gracias a la potente tecnología empleada en la empresa: un escáner de baja radiación y alta resolución con capacidad para procesar las imágenes de un TAC (Tomografía Axial Computarizada) en 3D de manera incomparable.

Nespamedu quedó retratado no solo como sacerdote del dios Imhotep, envuelto por cinco cartonajes dorados cubiertos de inscripciones e imágenes religiosas, sino como médico del faraón. En suma, resultó ser un importante personaje en el periodo Ptolemaico (300-200 a.C.) que vivió en Alejandría o Saqqara. Su momia fue donada al Museo Arqueológico en 1925, y 92 años después, las más de 2.000 imágenes transversales que permite obtener el TAC dibujan retrospectivamente su idiosincrasia.

SANDALIAS

Junto a su cuerpo fueron encontradas 25 piezas repartidas entre los vendajes. Los conservadores destacaron la presencia de una diadema que simbolizaba la resurrección, además de amuletos como un collar usekh (un talismán de la nobleza relacionado con Hathor), brazaletes, pulseras e incluso unas sandalias.

El método empleado para preservar los cuerpos de las tres momias egipcias sigue pautas muy distintas al de la momia guanche. Si bien el proceso utilizado para momificar a Nespamedu fue más elaborado que el de las otras dos, las tres fueron desprovistas de sus vísceras para después rellenar esos huecos con resina. La momia hallada en Tenerife fue tratada con la técnica del mirlado, la habitual en la tradición guanche, y fue embalsamada con los órganos en su sitio.

Solo el corazón permanecía intacto en las cavidades del fallecido. Ese era el órgano donde residían la fuerza vital y la conciencia del muerto, pieza imprescindible para superar el juicio de Osiris y aspirar a la eternidad en los campos de Aaru.

Al recién destapado como sacerdote y médico lo acompañaban en la colección del Arqueológico los cuerpos momificados de dos mujeres egipcias, una de entre 25 y 30 años y otra de unos 40. La primera llegó al museo en 1887 y, junto a lo mundano de su envoltorio, lucía signos que apuntaban hacia una posible enfermedad ósea. Tenía varias luxaciones postmortem en las costillas, producidas probablemente durante el proceso de embalsamiento. También le faltaban varios dientes, fruto de las caries que sufría por la mala alimentación que se cree que llevaba. La artrosis que se encontró en su pelvis es un signo evidente de que estuvo embarazada. La más mayor también llegó al MAN en 1887. No estaba especialmente degenerada, pero sí tenía cierto grado de artrosis en las rodillas y una pésima salud dental.

MANOS Y UÑAS

La momia guanche lleva en Madrid desde 1764, cuando fue enviada a la capital para poder ser admirada en La Corte, en el Gabinete de Antigüedades de la Real Biblioteca y, dos años después, en el Real Gabinete de Historia Natural que había fundado Carlos II. Fue descubierta en una cueva funeraria del Barranco de Herques, en el suroeste de la isla de Tenerife. Poco pudo descubrirse de su pasado, si acaso que el buen estado de sus manos y sus uñas indican que no realizaba trabajos forzosos, lo cual, unido a que haya sido momificada, apunta hacia una mujer de la alta sociedad.

El trabajo conjunto de los arqueólogos y egiptólogos del MAN y los médicos del HUMQ ha permitido, además de descubrir facetas de la vida de las momias,reconstruir en tres dimensiones los rasgos faciales de las momias egipcias. Con la ayuda de escultores forenses se ha elaborado un busto de Nespamedu que será exhibido en el propio museo.

Las cuatro momias habían sido objeto de estudio radiográfico previamente, pero ni por asomo se había podido profundizar de la manera en la que se ha hecho con este último estudio, que se ha extendido durante más de un año. Exactamente desde la noche del 5 de junio de 2016, cuando las cuatro momias fueron transportadas desde la calle Serrano hasta el Quirón. Allí, un equipo compuesto por los doctores Vicente Martínez de Vega, jefe del servicio de Diagnóstico por la Imagen; Javier Carrascoso, jefe de la sección músculo-esquelética de dicho servicio, y la doctora Silvia Badillo Rodríguez-Portugal, radióloga de la misma sección y origen de la idea de ofrecer el potente escáner TAC del Quirón al MAN, se encargó de estudiar los cadáveres con tanto cuidado como el que habrían dedicado a un paciente. No se ha salvado una vida: sí la memoria de una civilización que hizo del culto a los muertos un cóctel de sofísticación y artesanía.

LA INVESTIGACIÓN, HECHA DOCUMENTAL

El documental de Televisión Española La historia secreta de las momias, producido por la cadena pública junto a Story Producciones, ha seguido la investigación de principio a fin. Mostrará cómo se realizó el estudio de las cuatro momias desde el momento en el que salen del museo hasta que se interpretan los resultados vertidos por el TAC. Es desde este prisma desde el que se reconstruye la vida en Egipto de las momias analizadas, con Nespamedu como inevitable protagonista. La película tendrá en las entrevistas a los investigadores, las recreaciones en 3D y la reconstrucción de los rostros de estas momias un atractivo especial para acercarse a la historia que encierran estas momias.

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