El cuadro representa
a un hombre alto y cano de mejillas
alegres y ojos garzos.
Viste un gabán de paño
y hay una luz de plata en su sonrisa
pacífica y antigua.
¿Qué días, qué veladas
tristezas, qué silencios dorados
entre los lentos libros, los ingenios
de física recreativa?
(Tu tiempo es nuestro tiempo: la violeta
que acabo de encontrar entre tus páginas
nostálgica y dichosa).
En Versalles, en Viena, en Aranjuez,
arañas de cristal y ventanales,
pelucas, minués, juegos de naipes,
hebillas, porcelanas, broches, cintas,
espejos relucientes: nunca he visto
un brillo más oscuro.
No surcaste los mares.
No esclavizaste hermanos.
De tu gris existencia
nos quedan unas páginas de luz sobre
tanta tiniebla.