La sordera.

Si hacemos un ejercicio de imaginación y recreamos la ceguera, podemos fácilmente evaluar la importancia de vivir en un sitio sin luz, en el que no hay colores ni imágenes, un mundo amenazador sin rincones para guarecerse, lleno de aristas. Y casi con solo mirar la estupenda portada de este libro es posible evocar la sensación que produce estar debajo del agua e imaginar algo que, erróneamente, nos parece más trivial, como es vivir en un mundo sin sonidos, un mundo que parece amortiguado, que de silencioso se piensa vacío y que, no podría explicar muy bien por qué, también parece más lento.

El sonido tiene un papel fundamental en nuestra existencia cotidiana, en la comunicación con los demás y con el medio que nos rodea, pero también es fundamental en situaciones no tan cotidianas, ya sea alertándonos de peligros o transportándonos a estados superiores, allí dónde solo puede llevarnos la música. La importancia del oído es evidente y su relevancia se muestra a lo largo de la evolución, donde organismos tan sencillos como la mosca de la fruta, poseen también órganos auditivos por los cuales la hembra es seducida por la canción que entona el macho batiendo sus alas durante el cortejo.

El oído de los vertebrados es un órgano muy complejo, de difícil acceso para fines terapéuticos, con una gran variedad de tipos celulares distintos que se interrelacionan y que generan un ambiente adecuado para que los sonidos de distintas frecuencias, intensidades, y localizaciones, sean interpretados en el cerebro como información sonora. Cualquier fallo en este proceso nos lleva a la sordera. El defecto puede encontrarse tanto en cualquiera de los tipos celulares que forman el oído, como en el cerebro. La sordera es una condición que afecta a un porcentaje alto de la población. Y no solo las sorderas genéticas y congénitas, sino que todos tenemos una alta probabilidad de perder audición según nos hacemos mayores (presbiacusia). Dependiendo del momento en el que nos afecte, la sordera puede ser altamente incapacitante, si aparece de forma temprana, o bien puede ser un factor más que nos sumerge en la soledad y en el aislamiento que en muchos casos nos acechan en la vejez.

La investigación básica establece los cimientos del progreso futuro en la prevención y tratamiento de la sordera. No siempre ni en todas las aéreas de conocimiento se puede ver tan clara la veracidad de esta frase tan manida. Y es que desde que se investigó por primera vez en ranas con células ciliadas (unas preciosas células que se podría decir que son las células estrellas del oído, ya que son ellas las que se encargan de traducir la información mecánica del sonido en información eléctrica, que es la que llega al cerebro y éste interpreta) hasta la fecha actual, el avance ha sido increíble. La disponibilidad de tratamientos quirúrgicos tan variados como los implantes en la cóclea, en el oído medio o incluso en el tronco cerebral ha supuesto una auténtica revolución en la calidad de vida de miles de personas. Es muy emocionante ver la respuesta sorprendida y alegre de niños sordos de nacimiento cuando se les activa el implante y oyen por primera vez la voz de su madre.

De todo esto es de lo que trata este de libro, de cómo es el oído, las causas actuales de sordera y de cómo se pueden prevenir y tratar. Los autores hacen una interesante parada en la estación del ruido y nos advierten sobre los efectos nocivos de los distintos dispositivos con los que habitualmente convivimos: auriculares, sonido muy alto, ruido urbano, etc. y sobre cómo prevenirlos. Y también nos anuncian lo que promete el futuro: tratamientos "personalizados" que promueven la mejora auditiva, en los que es posible desde liberar factores localmente allí dónde se encuentre el problema, hasta terapias celulares capaces de promover la regeneración de las esquivas células ciliadas.

Hablar de un tema tan complejo de forma rigurosa pero con una mirada fresca y comprensible no es fácil. Y, sin embargo, los autores lo consiguen, gracias sin duda a que sus trayectorias profesionales combinan décadas de investigación básica sobre el desarrollo y la función del oído, así como sobre las causas de la sordera, y posibles tratamientos en distintos organismos modelos (Isabel Varela Nieto) y en pacientes (Luis Lassaletta Atienza). Expertos con un conocimiento profundo del campo que suman sus capacidades y sus destrezas para lograr transmitirnos de forma precisa pero sencilla una visión plural de la sordera, y de las distintas estrategias para eludirla.

Desde la investigación básica y la aplicada, Isabel Varela y Luis Lassaleta nos guían a través de este mundo de sonidos, ruidos y sobretodo silencios en el que muchos viven y en el que quizás viviremos.