¿y si todo esto?
¿Y si todo esto
sucede en un laboratorio?
¿Bajo sólo una lámpara de día
y miles de millones por la noche?
¿Y si somos generaciones en prueba?
¿Vertidos de un recipiente a otro,
agitados en retortas,
observados con algo más que un ojo,
uno a uno, por separado,
cogidos con pinzas?
¿Y si no es así?,
¿ninguna intervención?
¿Los cambios se producen por sí solos
de acuerdo con el programa?
¿Traza la aguja en un diagrama
el lento zigzag previsto?
¿Y si por ahora no hay en nosotros nada interesante?
¿Se conectan pocas veces los monitores de control?
¿Sólo en caso de guerra, de una guerra más bien grande,
o de vuelos por encima de esta miga que es la tierra,
o de grandes migraciones del punto A al punto B?
¿Y si es al contrario?
¿Allí sólo se deleitan con anécdotas triviales?
Mirad, una niña en una pantalla gigante,
se cose un botón en una manga.
Los sensores silban,
el personal se agolpa.
¡Ay, un bichito con un corazón
que le palpita dentro del pecho!
¡Con qué entrañable seriedad
enhebra la aguja!
Alguien en pleno éxtasis exclama:
¡Avisad al Jefe,
que venga a verlo con sus propios ojos!