Si Dios hubiera muerto
y no fuera más que espacio hueco sin volumen
o tiempo retorcido girando por el universo
Si no fuera más que un estallido gigantesco
o el mismo centro de la nada
o una explosión de antimateria
surgida por azar del punto cero
Si no fuera más que fantástico polvo neuronal,
vana sensación de absoluto en el lóbulo parietal
o un protónico deseo
girando por el cerebro
Si fuera tan sólo tensión interna y miedo,
terror ante la oscuridad extrema
o la lucha encarnizada entre la vida y la muerte
Si fuera fragmento ilusorio, espita eléctrica,
agujero sin control chupando todo desde lo más negro,
si fuera todo y nada al mismo tiempo
si hubiera nacido de las áreas del pánico, la duda,
el terror o el sufrimiento
y los árboles, los animales y el cielo,
los hombres y el universo entero
no tuvieran que ver con nada cierto
y todo para siempre y desde siempre
fuera producto del caos más concreto
Si Dios hubiera muerto
haría falta razonar
e inventarlo de nuevo.