UN ANÁLISIS DE LA CONDICIÓN HISTÓRICA DEL HOMBRE<br>
Reseña realizada por Profª Drª Juana García Romero<br>
En esta obra Castrodeza analiza y contrasta las clásicas visiones del mundo, esencialista y accidentalista, para mostrar la ambigüedad en que se encuentra la "condición histórica del hombre desde la perspectiva de Occidente" (p. 26). Reclama a la Filosofía que aclare dicha ambigüedad a través de la razón biológica fundamentada en el estudio de la base evolucionista del pensamiento.
A lo largo del libro, describe la importancia que tiene el individuo modal (clase media) por ser el que más padece la 'paradoja' (supervivencia-existencia), debido a su inconformismo y su afán por comprender las cosas emprendiendo caminos nuevos (ciencia y tecnología) para controlar su medio más inmediato, garantizando su supervivencia en 'el más acá' y poder dar sentido a su existencia en relación 'al más allá'. La polémica está servida puesto que, a todo ser vivo (incluido el ser humano), se le aplican los conceptos de información, conocimiento, adaptación (p. 16) para ser entendidos en su medio y circunstancia, porque es donde se manifiesta la diversidad y pluralidad de los mismos, haciendo que la objetivación resulte cada vez más compleja y, con ello, estén en constante revisión las teorías científicas y las filosóficas porque, según Quine, "la filosofía está en el extremo abstracto y teórico de la ciencia. La ciencia, en su sentido más amplio, es un elemento continuo que va desde la historia y la ingeniería, en un extremo, a la filosofía y matemáticas puras, en el otro" (p. 222).
La razón biológica afecta al ser humano instintivo y al racional, pero cada individuo tiene su 'clase y condición' dando lugar a castas y/o clases sociales (p. 236), afirmando la ortodoxia más accidentalista que "la selección no actúa directamente a nivel social (de la especie o de la población) por lo que si del beneficio del individuo se deriva un beneficio social esto ocurre a pesar de la acción individual y no por su causa" (p. 214).
Entre todos los modos con los que cuenta para solucionar la supervivencia (mantenimiento y reproducción) y, según Castrodeza, "lo que es preferible lo determinan las circunstancias [...], sobre una base interorgánica absolutamente igualitaria" (p. 17) porque la dicotomía esencialista-accidentalista "no refleja la realidad que se pretende sino, simplemente la situación entre dos grupos de seres humanos que se sienten, respectivamente, más o menos seguros en su medio en función de su propia historia personal y social" (p. 151), formalizándola a través de dos actitudes: instintivista (primer orden) y racionalista (nivel intelectivo de segundo orden) donde "los instintivistas no utilizan las palabras para precisar lógicamente sus ideas, sino más bien para señalar unas vivencias, para plasmar en palabras unas intuiciones que entran mucho más en la expresión artística que en la lógica" (p. 168).
Al final de su exposición, Castrodeza afirma que las tipologías tratadas en su estudio son "el resultado de la interacción del genotipo y el ambiente percibido, es decir, [...] estrategias de supervivencia. En todo caso, se 'genetizarían', valga el término, aquéllas que facilitaran más la supervivencia a través de los tiempos" siguiendo el proceso de asimilación genética que lanzó Conrad Waddington (p. 246).
En la primera mitad del siglo XIX se imprimió la palabra scientist para diferenciarse de los artist (p. 211) pero, todavía hoy, se cuestiona si esta distinción facilita o entorpece la concepción de nuestra existencia.
Este libro está estructurado de la siguiente manera: Palabra preliminar sobre esta edición (p. 13), Tesis global de esta obra (p. 15), Prólogo (p. 21), Introducción (para emotivos). La base evolucionista de la Ilusión (p. 26), Capítulo 1. El aspecto 'involutivo' del proceso evolutivo (p. 39), Capítulo II. Estrategias adaptativas y eficacia biológica (p. 79), Capítulo III. ¿Para qué sirve la ética? (p. 111), Capítulo IV. Hacia una solución biológica al problema de las dos culturas (p. 153), Capítulo V. La diversidad del intelecto y su lógica biológica (p. 190), Conclusión. La base evolucionista del pensamiento filosófico (p. 235), Epílogo (para flemáticos) (p. 242), Bibliografía citada (p. 247), y un Índice onomástico (p. 263).
También, ha sido publicado en la editorial Minerva, en el año 1999. Carlos Castrodeza (Tánger, 1945 - Madrid, 2012) desarrolló su actividad investigadora en la Universidad Complutense de Madrid, en la Universidad de Edimburgo, en la Universidad de Helsinki, y en la Universidad de Leeds. Desde 1985, fue profesor en el Departamento de Lógica y Filosofía de la Ciencia, de la Facultad de Filosofía (UCM).
Descanse en Paz.