Fecha
Autor
Isidro F. Aguillo (CINDOC, CSIC)

El ranking de instituciones académicas y de investigación en la web

La evaluación de las instituciones académicas y de investigación se ha convertido en una herramienta clave para el seguimiento de la actividad del profesorado, investigadores y tecnólogos. Una evaluación global es difícil dada la diversidad de actividades que se ejecutan en estas instituciones, pero la Web es una excelente herramienta para tal fin ya que aúna tanto detalles de la estructura y funcionamiento, como detalles de actividades informales y los más rigurosos resultados científicos sujetos a publicación.
OBJETIVOS

Son varios los objetivos que se pretenden lograr con este Ranking. Primeramente uno ligado directamente a la producción de contenidos en la Web, de forma que la puesta en conocimiento público de deficiencias en cuanto a los procesos de publicación Web motiven a la adopción de políticas y actitudes más agresivas en dicha línea. Las buenas prácticas en la Web incrementan significativamente la visibilidad e impacto de los resultados de la actividad de una institución, convirtiéndolos en globales. Ello tiene repercusiones respecto al prestigio, calidad docente, desempeño investigador o relevancia social, cultural o económica de la misma. La utilización de indicadores Web permite aunar todos esos criterios en cifras que combinando aspectos diversos informan de la posición relativa de una universidad o centro de investigación respecto de su ámbito geográfico regional, nacional o internacional.

El segundo objetivo es descubrir y describir la inesperada e importante brecha digital que se ha abierto entre las universidades norteamericanas y las europeas. Estas últimas están perdiendo la batalla en un mercado global basado en el acceso a contenidos a través de la Web y es dudoso que sean conscientes de la magnitud de las diferencias ya existentes.

CRITERIOS DE SELECCIÓN

La propia estructura de direcciones (URLs) en la Web condiciona y facilita la identificación de unidades. Las instituciones con un dominio propio y característico (por ejemplo: ucm.es, iac.es, ciemat.es) se describen a partir de todas las páginas ligadas jerárquicamente con dicho dominio. La existencia de subdominios o de sedes Web dentro de directorios no menoscaba la utilidad práctica de este sistema. Sin embargo no es raro que aparezcan alias, contenidos en servidores ajenos o dominios en vías de extinción que pueden alterar el análisis cibermétrico. Entre las malas prácticas que afectan negativamente a la visibilidad Web de una universidad se encuentran el cambio continuado de nombre de dominio, la utilización de varios nombres de forma indistinta o complementaria (facultades, departamentos o institutos con nombres distintos al de la universidad) o tener sedes hospedadas en dominios comerciales ajenos.

Para evitar problemas técnicos se han considerado solo aquellas organizaciones con un dominio institucional propio más, en el caso de Consejos Nacionales de Investigación (CSIC,CNRS, Max Planck...) y de ciertos organismos públicos, los institutos y centros con subdominio (véase mncn.csic.es) dentro del principal.

Las organizaciones incluidas son todas aquellas ligadas directa o indirectamente con la actividad científica en un sentido amplio, desde Universidades y OPIs hasta organismos de apoyo de la administración pública. Algunas instituciones culturales que realizan puntualmente labores de investigación también han sido incluidas para reforzar el peso de las Humanidades.

INDICADORES

Los rankings ofrecen la posibilidad de combinar indicadores independientemente de las magnitudes específicas que cada uno mida. Esta capacidad de integración es muy útil cuando se intenta clasificar instituciones que como las universidades pueden aunar varias misiones: docente, investigadora, transferencia, cada una de ellas sometida a la influencia de distintos inputs y que genera una amplia batería de outputs.

Centrándonos en los resultados, los dos indicadores más importantes, que son heredados de la práctica bibliométrica son la producción (número y características de los ítems publicados) y el impacto, medida de visibilidad a través de las citas recibidas por los trabajos publicados. Puesto que la comunicación electrónica es más rica y variada y no se centra solo en la publicación formal, sino que recoge también los procesos de generación de nuevo conocimiento, la transmisión informal del mismo tanto en el ámbito docente como en el profesional y la divulgación científica en su más amplio sentido, todos estos aspectos deben ser recogidos en los indicadores que se utilizaran.

Para reflejar el volumen de información se utilizan tres indicadores: el número de páginas Web publicadas, los documentos disponibles en formatos seleccionados (llamados ficheros ricos tales como el Acrobat pdf, MS Word doc, el PostScript ps o el MS Powerpoint ppt) y los artículos recogidos en el Scholar de Google.

Manteniendo una proporción 1:1 con el tamaño, la visibilidad se mide contando los enlaces externos que recibe una sede, tal como el algoritmo PageRank de Google imitando al análisis de citas bibliográficas, utiliza para ordenar sus respuestas.

Los datos son obtenidos de los principales motores de búsqueda, normalizados y convertidos en rankings que se combinan en una fórmula que proporciona la clasificación definitiva.

RESULTADOS

El ranking Web de universidades del mundo (www.webometrics.info) se viene publicando desde 2004 con actualizaciones periódicas dos veces al año. Excluyendo las instituciones que no llevan una política adecuada de nombres de dominio y aquellas que lo han cambiado recientemente parece existir una elevada correlación entre los datos suministrados por otros rankings y el basado en la presencia Web. Así se pueden reconocer fácilmente los primeros clasificados: MIT, Stanford, Harvard y Berkeley. Sin embargo, una inspección más detallada muestra la gran preponderancia de universidades estadounidenses entre las primeras clasificadas que excede notablemente la que reflejan las clasificaciones basadas en datos bibliométricos. Sólo aparecen 63 universidades europeas frente a las 123 norteamericanas entre las doscientas primeras. En este grupo sólo hay dos japonesas y otras tantas italianas, una española y ninguna francesa. Entre las latinoamericanas únicamente Sao Paulo, Campiñas y la UNAM entran en este distinguido grupo.

Entre las universidades españolas los cambios de dominio están penalizando la posición de las universidades catalanas, que aún así aparecen entre las primeras, como también confirman otros criterios. Las tres grandes politécnicas se sitúan entre las diez primeras, una situación no habitual para instituciones con limitada producción científica en revistas con alto factor de impacto. La primera clasificad sigue siendo la Universidad Complutense, fundamentalmente gracias a la excelente labor de su biblioteca que ha apostado definitivamente por el Open Access, lo que las coloca entre las primeras del mundo por el volumen de sus repositorios institucionales.

Nuestras universidades logran una buena nota a nivel europeo, pues de las 500 primeras del continente, 44 son españolas. Sin embargo, a nivel mundial sólo una está entre las 200 primeras, lo que excluye una parte relevante de nuestra actividad académica de los resultados obtenidos a través de motores de búsqueda Web. Se trataría de un colonialismo científico sobrevenido al que habría que prestar más atención.

COMENTARIOS Y RECOMENDACIONES

En el proceso de renovación que supone para la universidad europea los acuerdos de Bolonia destaca la escasa atención que se está prestando al que ya es el más importante medio de comunicación académica. Ello puede redundar negativamente en la imagen de las instituciones, en la visibilidad e impacto de sus resultados de investigación, en su capacidad de atraer estudiantes de otras regiones, recursos humanos de calidad y financiación adecuada. Algunos pensaran que no es necesario acelerar el proceso de apropiación de la Web, pero los datos demuestran que las universidades anglosajonas nos llevan una considerable ventaja, mucho mayor de lo que se suponía.

Se recomienda incrementar las políticas ligadas a la publicación electrónica, especialmente las iniciativas de Open Access involucrando tanto a docentes e investigadores como al resto de los miembros de los departamentos y servicios universitarios. El aumento considerable del volumen y calidad de contenidos académicos en la Web son necesarios para mejorará la visibilidad del conocimiento científico generado en nuestro país.

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