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Descritos dos nuevos ‘falsos escorpiones” en ámbar de hace unos 101 millones de años

Un estudio del IGME-CSIC y la Universidad de Barcelona ha permitido caracterizar dos nuevas especies de este tipo de arácnidos halladas en Álava con un estado de conservación excepcional

El Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y la Universidad de Barcelona (UB) han descrito fósiles excepcionalmente preservados de pseudoescorpiones, arácnidos minúsculos parecidos a los escorpiones, pero que no poseen cola ni aguijón. Se trata de ejemplares de en torno a un milímetro de longitud que vivieron en nuestro territorio hace más de 100 millones de años, durante el periodo Cretácico inferior. Han sido encontrados en dos yacimientos que son un referente para el estudio del registro fósil en ámbar a nivel mundial y que se localizan en Álava y Teruel.

La investigación, liderada por Alba Sánchez-García, investigadora del IGME, ha sido publicada en la revista Papers in Palaeontology, de la Palaentological Association.

Los pseudoescorpiones o falsos escorpiones son pequeños arácnidos que habitan en el suelo del bosque, si bien también pueden estar en ambientes cavernícolas. Aunque se encuentran entre los primeros artrópodos adaptados a la vida terrestre hace más de 385 millones de años, su registro fósil es muy escaso dadas las dificultades para su preservación. Hasta ahora, solo se conocían 12 especies en ámbar del Cretácico, de las que 10 fueron halladas en Myanmar y las otras dos en Francia y Hungría.

En este estudio, con los especímenes encontrados, se han descrito dos nuevos géneros y dos nuevas especies de la familia Garypinidae que estaban preservados en ámbar del yacimiento de Peñacerrada II (Álava). Asimismo, se ha documentado la presencia de una pinza de uno de estos arácnidos que pertenece a un género que aún existe, Pseudogarypus, en el yacimiento de San Just (Teruel), aunque no se puede describir como nueva especie.

El nombre pseudoescorpiones proviene de su similitud con los escorpiones, aunque carecen de ‘cola’ y aguijón. Son depredadores voraces que utilizan sus potentes palpos (apéndices articulados) con pinzas para capturar y manipular a sus presas; en algunos casos, incluso inyectan veneno a través de una glándula situada en el extremo de las pinzas. Gracias a la excepcional preservación de estos fósiles, ha sido posible estudiar en detalle muchos aspectos anatómicos, como si tienen o no un arolio en las patas marchadoras, que es una expansión de la cutícula entre las uñas muy importante para los estudios filogenéticos. Uno de los ejemplares conserva hasta restos de musculatura interna.

Alba Sánchez García, primera firmante de esta investigación, destaca la importancia del ámbar fósil en España, pues se encuentra entre los más antiguos del mundo: “Tenemos ámbar de un momento del Cretácico en el que hubo una revolución ecológica porque fue cuando aparecieron y se diversificaron las plantas con flor. Su estudio nos ayuda a entender cómo fueron entonces las comunidades de arácnidos e insectos”.

De hecho, Este hallazgo, de hecho, representa el primer registro de este orden en el ámbar del Cretácico de España, y el registro más antiguo conocido de las familias Garypinidae y Pseudogarypidae. Aunque la diversidad de pseudoescorpiones descubiertos en el ámbar español es modesta, Sánchez García destaca que estos hallazgos subrayan la importancia “de seguir explorando los yacimientos de ámbar en España”.


Referencia bibliográfica: Alba Sánchez-García, Lorena Palencia, Xavier Delclòs, Enrique Peñalver. False scorpions (Arachnida, Pseudoscorpiones) from Lower Cretaceous Spanish amber. Papers in Palaeontology. DOI: doi.org/10.1002/spp2.1608

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