En 1938 Albert Hoffman ingirió accidentalmente un compuesto que había sintetizado en busca de nuevos fármacos
En 1987 El País entrevistó a Hoffman cuando éste se encontraba en Cuenca con motivo de un seminario organizado por la Universidad Menéndez Pelayo titulado Química y ritual. Hoffman, que entonces contaba con 81 años, contó que a finales de los años 30 trabajaba para una empresa farmacéutica investigando el cornezuelo del centeno, un parásito de origen fúngico que se usaba de manera tradicional para evitar la pérdida de sangre después del parto.
Durante la investigación, Hoffman acabó trabajando con muchos compuestos alcalóides, muchos de los cuales eran derivados del ácido lisérgico. Uno de aquellos derivados, era la dietílamida del ácido lisérgico, más conocida como LSD. El 16 de abril, por accidente, acabó ingiriendo una pequeña dosis de este compuesto. Describió su experiencia así:
“De pronto, me encontré en otra realidad, sentía algo extraño, los colores habían cambiado, la habitación había cambiado, mí humor había cambiado, y tenía la impresión de que mi propia personalidad había cambiado, y al cerrar los ojos empecé a tener bellísimas fantasías, imágenes."
Tres días después, para comprobar si realmente los efectos que había observado se debían al LSD, decidió tomar una dosis de 0,25 miligramos. Bajo los efectos de la droga, volvió a su casa en bicicleta donde, después de varias horas de lo que describió como “una experiencia terrible” debido a la alta dosis ingerida, empezó a tener una sensación más placentera:
“Poco a poco pude empezar a disfrutar de los colores y juegos de formas sin precedentes que persistían tras mis ojos cerrados. Imágenes caleidoscópicas y fantásticas se abalanzaban sobre mí, alternándose, abigarrándose, abriéndose y cerrándose en círculos y espirales, estallando en fuentes de colores, reorganizándose e hibridándose en un flujo constante”.
Desde 1985, el 19 de abril se celebra en muchas ciudades del mundo el llamado Día de la Bicicleta, en el que se rememora el accidentado viaje de Hoffman con paseos en bicicletas.
Foto de portada: Michael Le Roi
