REFLEXIONES SOBRE LA CIENCIA, EL ARTE Y LA TÉCNICA<br>
Reseña realizada por Joaquín Martí<br>
Catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid
Confieso de entrada ser algo parcial, pues ya antes de escribir esta reseña bibliográfica tuve el honor de prologar "Naturalmente artificial". César Lanza ha generado una considerable multiplicidad de excelentes contribuciones culturales a lo largo de los años, en forma de libros, series de ensayos, conferencias, etc., que resultan cuando menos atípicas para alguien de su profesión y quehacer de consultor y empresario, peculiaridad que también se extiende a su actividad profesional y hasta a su vida personal.
Oficialmente ha sido el aniversario de Tecnova Ingeniería y Sistemas, empresa de ingenieros consultores que César Lanza creó hace 20 años, lo que ha servido de excusa para la producción de este libro. Personalmente creo que el aniversario es más bien ocasión que causa, y que hay otras razones más profundas, fuertemente arraigadas en el inquieto y fértil sustrato del autor, que hubieran hecho brotar la obra con o sin excusa externa plausible.
Como indico en el prólogo, César Lanza es un pozo inagotable de conocimientos con las más variopintas ramificaciones, interrelaciones y manifestaciones. Y no se limita a almacenar enciclopédicamente esos conocimientos, que de ese modo resultarían estériles a pesar de su riqueza; por el contrario, los conocimientos burbujean con vida propia, son fecundos y continuamente procrean. De ahí el continuo "pensamiento lateral" de un ingeniero civil que profesionalmente mora en el mundo de la informática y los sistemas. Fruto de la vitalidad creativa del conocimiento, puedo dar fe por ejemplo de que el capítulo relativo a los mercados financieros data de marzo de 2008, meses antes de que el resto de los mortales nos percatáramos de la debacle financiera global.
El libro se disfruta leyéndolo, pero sin prisa, pues tiene enjundia. Los temas son diversos y la ligazón subyacente sutil. En el marco de un tratamiento a menudo cronológico, es destacable la profundidad de la visión ofrecida y la claridad con que se hacen patentes causas, efectos y relaciones cruzadas. Son numerosos los panoramas (arquitectónicos, ingenieriles, informáticos, económicos, matemáticos, etc.) que el lector ya no volverá a percibir como antes; quizá mantengan su morfología superficial, pero se habrá manifestado su topología oculta, se habrá evidenciado su conectividad, interna y con otros panoramas aparentemente poco relacionados, y habrá cambiado también la luz que los anima; en ese sentido el libro puede marcar un antes y un después, aportando así de paso un rizo adicional al enigma del fluir del tiempo que el libro también contempla.
La complejidad subyace varios de los temas, a veces positivamente como fuente de inagotable riqueza, otras como generadora de indeseable ruido, como protectora de nuestras comunicaciones privadas, o pura y simplemente en su apasionante esplendor físico y matemático. Al leer esos temas se hace inevitable experimentar el respeto que impone su magnitud, la irritante frustración de sentirse prácticamente inerme frente a su poder y tal vez, secretamente, también sucumbir a su magnetismo subyugante.
Por último hay que subrayar otra virtud encomiable del libro que es su valentía, requerida para desenmascarar artificialidades seudonaturales, lo que hace con tanta delicadeza como contundencia. Diversas facetas de la ciencia, el arte y la técnica sufren la disección certera de un preciso y afilado bisturí, que a primera vista parecía simplemente deambular por allí sin intención concreta, pero que a su paso aniquila embozos y disfraces. El último capítulo es un buen exponente, donde el Spain is different... duele hasta la médula, una especie de final triste que deja regusto de tragedia, tanto más penoso por lo irrebatible. Ojalá en unos años, tal vez con motivo de un nuevo aniversario de Tecnova, César Lanza sienta la tentación de retomar algunos de estos temas y en el último capítulo pueda ofrecernos un final feliz.