El ministro ha participado en un coloquio organizado por UNIR en el que ha expresado su deseo de que, en el futuro, estas instituciones sean “para todas las edades”
El ministro de Universidades, Joan Subirats, ha recomendado a las universidades a que inicien una transición para tener “más flexibilidades y menos rigideces” en su formación. El también profesor de universidad ha participado este lunes en el coloquio ‘Los retos futuros de la universidad’ organizado en Madrid por UNIR. Ese primer deseo se completa con un segundo: “tendrán que ser para todas las edades”.
Subirats cree que, así, los objetivos que persiguen podrán ser comprendidos por una mayoría social. Lo que permitirá hacer más fácil que se lleven a cabo otras cuestiones, como el aumento en la financiación pública. “Si no vamos acompañados de la exigencia de financiación, siempre seremos solo nosotros, los universitarios, quienes pidan financiación”, ha advertido.
La cualidad de ser flexibles a la que ha instado el ministro también compete a la capacidad de ampliar horizontes. “Dinámicas distintas”, como las ha definido, que permitan ofrecer programas “de corta duración” y formar a los profesores en ellos.
De este y otros aspectos ha hablado junto a Rosa María Aguilar, rectora de la Universidad de La Laguna; José Luján, rector de la Universidad de Murcia y presidente de la Comisión de Asuntos Estudiantiles de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE); Amaya Mendikoetxea, rectora de la Universidad Autónoma de Madrid; y Margarita Villegas, directora de Tecnología e Innovación en UNIR. El acto estuvo moderado por Rafael Puyol y presidido por José María Vázquez García-Peñuela, rector de UNIR.
Esa flexibilidad a la que apela no es una utopía: “bootcamps, cursos en estudio de cohortes… demuestran que hay fórmulas distintas para encontrar esa manera de adaptación rápida”. Es la única manera, bajo su punto de vista, de no poner en peligro “la capacidad de adaptación” que el sistema pueda tener.
“La universidad tiene que ser consciente de que tiene que cambiar bastantes cosas”
Otros agentes sociales son capaces de ir mucho más rápidos en los procesos. “Una empresa que abrirá una fábrica en Sagunto (Valencia) –sin explicitar cuál– me reconoció que tenía problemas en encontrar el talento que estaba buscando”, ha confesado. Según le contaron, se debía a “una estructura de oferta muy rígida”.
Si la universidad quiere seguir cumpliendo su “capacidad de servicio” para aspirar alcanzar a la mayor población posible. En la actualidad, ha señalado, solo un 6% de estudiantes de Grado y Posgrado tienen más de 30 años. “Nos seguimos dirigiendo a un sector muy pequeño de la población, más cuando ese sector demográficamente va a ir decreciendo”.
Así, la pandemia se ha convertido en una oportunidad para el cambio. “Ha puesto de relieve la significación de los últimos años de ciencia abierta y cocreación. De ser capaces de hacer investigación mucho más transparente, amable, con debates científicos y sociales más cercanos a la sociedad”, ha completado.
Quizá el espaldarazo definitivo lo dé la Unión Europea (UE). Para Subirats, reforzar las universidades es un “proyecto estratégico para Europa”. De hecho, se prevé alcanzar las 500 universidades europeas en 2027.
Más y mejor internacionalización
El cambio de identidad conllevará una apertura total para establecer alianzas. En opinión de Luján, el sistema universitario español tiene una ventaja única respecto del resto de Europa.
“Tenemos una situación de privilegio por ser UE, pero tenemos pasado y presente vinculado con Latinoamérica. Dos vías de colaboración. Si no hemos sido capaces de obtener mejores resultados es porque hace falta insistir en políticas de apertura”, ha reprochado. Si se quiere mejorar la “necesaria internacionalización” hará falta poner el dedo en la llaga de nuevo: “mejorar la financiación”, ha repetido.
Ya que España “es el país preferido de los estudiantes Erasmus”, sin perderlos de vista el sistema debería tener la capacidad también de “captar” estudiantes extranjeros. A semejanza de las universidades de Estados Unidos.
El ODS número 17
Esa simbiosis con la sociedad también se refleja en la responsabilidad de las universidades con las nuevas inquietudes, como la sostenibilidad. Esta entendida en términos económicos pero aún más de igualdad, según Aguilar, para conseguir “entornos más heterogéneos”.
“La universidad 2030 tiene que apostar por más innovación social”, ha analizado. Durante su intervención ha reforzado en varias ocasiones la idea de colaboración. Tanto científica como con la sociedad y “aportar soluciones desde el conocimiento”.
Aguilar añadiría otro componente más: la interdisciplinariedad. En un mundo con problemas “tan complejos”, una sola disciplina “no los puede resolver”. Y para explicarlo puso de ejemplo la erupción del volcán de Cumbre Vieja, que ha calificado como “no solo un problema científico, sino sobre todo social”. La vanguardia, en su opinión, ahora mismo está en el docente.
Cruce de caminos en la financiación
El sistema universitario se halla, además, en un cruce de caminos en cuanto a la financiación. Aún están las reticencias sobre la entrada de financiación privada en la universidad pública; a su vez, los presupuestos estatales a estas siguen siendo hasta un 20% menores que los previos a la crisis económica.
Para Mendikoetxea, la opción es “trabajar en la financiación público-privada” en el entorno de la comunidad universitaria. Debido a que es necesaria una competitividad científica, ha recordado que hay que “afrontar esta competitividad” dejando atrás “unas estructuras desfasadas, plantillas desestructuradas y una infrafinanciación”.
Ante esta situación, Mendikoetxea ha apostado por un modelo de financiación “variable, por objetivos, y a poder ser de carácter estatal”. Ejemplos hay a seguir: según ha señalado, Irlanda ha apostado por financiar “una reinvención del currículum universitario para fomentar la innovación y la empleabilidad de los estudiantes”.
IA y metaverso
Villegas ha adelantado que las nuevas tecnologías, aparte de inevitables en el entorno universitario, serán de gran ayuda. La Inteligencia Artificial podría ser “el gran solucionador de problemas”. Por ejemplo, en la elección de carrera. Esta será un “gran catalizador”, ha vaticinado, en la docencia. “Los profesores que hagan uso de la IA potenciarán su concepto de educación”.
De momento, este escenario está más próximo que el gran salto de internet: el metaverso. La ausencia de regulación en educación en este entorno; cuestiones éticas… “es extraordinariamente complicado que un avatar pueda estudiar Veterinaria, a día de hoy, en el metaverso”.
En el acto de presentación de ‘Universidad 2022’ asistieron, entre otras personalidades, José Manuel Pingarrón, secretario general de Universidades; Juan Romo, presidente de la CRUE; Josefina García Lozano, rectora de la universidad Católica de Murcia; Mercedes Siles, directora de ANECA
También estuvieron Manuel Villa Celino, presidente del Consejo Rector de la Universidad Antonio Nebrija; Federico Morán, presidente de la Fundación madri+d; María Andrés Torres, ministra plenipotenciaria de la Embajada de Colombia; Emilio Lamo de Espinosa, vicepresidente de UNIR; y el exministro Jordi Sevilla, presidente del Consejo Social de UNIR.