El equipo que ha investigado las muestras del remoto asteroide Ryugu encontró agua carbonatada con sales y materia orgánica en su interior, un hallazgo que, afirman, apoyaría la hipótesis de que la vida llegó a nuestro planeta desde el espacio.
Durante los análisis "se descubrió agua líquida en el interior de un cristal de la muestra. Esta agua era carbonatada, contenía sales y materia orgánica, que una vez estuvo presente en el cuerpo principal de Ryugu", según el informe publicado por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) y la revista "Science".
El informe se publica con motivo del primer aniversario del inicio del estudio de las muestras recogidas por la sonda espacial japonesa Hayabusa2 en una misión pionera, y sus resultados apoyarían la hipótesis que sostiene que el agua y la materia orgánica llegaron a la Tierra a través de asteroides y otros cuerpos, según el equipo.
Existen varias teorías sobre la aparición de la vida en la Tierra. Unas señalan que surgió poco a poco a partir de moléculas inorgánicas que dieron paso a compuestos orgánicos como los aminoácidos, mientras que otras plantean la hipótesis de que los compuestos orgánicos podrían haber llegado en meteoritos.
Los investigadores, liderados por el profesor Nakamura Tomoki de la Universidad de Tohoku, ya revelaron el hallazgo de aminoácidos en las muestras de Ryugu, considerados uno de los pilares de la vida.
La gota de agua en concreto se halló en el interior de un cristal de sulfuro de hierro que contenía también dióxido de carbono (CO2).
En la superficie de las muestras también se apreciaron cristales con forma similar a la de arrecifes de coral que se cree que crecían en el agua líquida existente en el interior del cuerpo original de Ryugu, que una vez habría tenido agua en abundancia.
4.600 millones de años
Los investigadores, divididos en seis equipos y dos institutos de conservación repartidos por todo el mundo, también llevaron a cabo análisis de dureza, conductividad térmica y magnetismo de las 17 partículas traídas desde Ryugu, y a través de cuyos resultados hicieron una simulación de su formación hace 4.600 millones de años.
Según sus estimaciones, el cuerpo original al que pertenecía tenía unos 100 kilómetros de diámetro, nació en la oscuridad en una nebulosa primordial muy alejada del Sol y que ya no existe, y estaba principalmente compuesto de roca y hielo.
Su cuerpo original nació con una temperatura de unos -200 grados Celsius, aunque se hallaron partículas de alta temperatura que se cree que viajaron desde cerca del Sol hasta el sistema exterior.
El cuerpo principal de Ryugu habría sido destruido por una colisión y los investigadores creen que podría haber pertenecido a la familia de los asteroides Polarna o Eulalia, y que todos habrían surgido de la destrucción del cuerpo original de Ryugu.
Tras un viaje de seis años y 5.200 millones de kilómetros, la sonda Hayabusa2 dejó caer el 6 de diciembre de 2020 sobre Australia un contenedor con una pequeña cantidad de polvo y gas de Ryugu.
Hayabusa2, lanzada en 2014, hizo contacto dos veces con la superficie de Ryugu en 2019 para recoger las muestras en una compleja e histórica operación.