Dice el filósofo sapiente
como en el siglo XVI:
<< En esta brizna de hierba
ves el universo. >>
Cierto es.
El cósmico viento
que mueve el átomo
y dispersa en orden
el enjambre de las galaxias,
también borda
el mínimo infinito de esta hoja.
En página 26, párrafo 3,
renglón 7, abajo para arriba,
lo dice este libro.
Y entre el átomo y la galaxia,
el hombre-dios, ¿dónde quedó?