Se cree muy listo ese que mira por encima del cargo
a la dependienta.
Piensa que es lo último el poeta que apunta
lo que ya disparó otro antes sin darle
más importancia.
Va de que no hay pisada que no esté orgullosa de su pie
que cojea.
Nos creíamos muy hábiles por comernos los mocos.
Y así estamos.
Mira el pájaro,
levanta el vuelo
sin aspavientos
y se mofa de nosotros.