La transformación de los fotones gamma en pares formados por un
electrón y un positrón (y a la inversa), de los pares en fotones gamma,
y luego, de la transmutación recíproca de los pares de protones y
antiprotones, neutrones y antineutrones, en otras partículas
elementales de la materia, son ejemplos claros de lo que realmente
debería ser la llamada poesía social.
Frágil como un cristal
se derrumba,
tan sólo con sonar,
el poema posible
para la paz.
En la velocidad
límite de la luz
casi invisibles, aún dan
los que son, un sonar
verdad.
Y son lo elemental.
Se llaman Uno, Ese,
Che, Zeta, Tú y Otro,
el que viene o se va,
Mao, Don Nadie, Tal y Cual.
No existen; sólo existe
su conjunto, la paz,
Equis, un Cristo, Cualquiera,
Ele, Eme, Ene, Eñe,
el conjunto serial.
Desaparece el hambre
en la estructura real.
Tan sólo cuando choca
se hace luz lo total
y sin menos, de más.