Un estudio muestra que es posible eliminar la barrera de sangre compatible y priorizar a los pacientes por la urgencia médica, salvando más vidas y desechando así menos órganos
Un estudio publicado en « Science Translational Medicine» ha demostrado que es posible transformar cualquier tipo de sangre de manera segura en sangre de tipo O para convertir así los órganos destinados a un trasplante en compatibles para cualquier paciente evitando el riesgo de rechazo.
Este hallazgo es un paso importante hacia la creación de órganos tipo O universales, lo que mejoraría significativamente la equidad en la asignación de órganos y disminuiría la mortalidad de los pacientes en lista de espera.
El tipo de sangre está determinado por la presencia de antígenos en la superficie de los glóbulos rojos: así, la sangre tipo A tiene el antígeno A, la tipo B tiene el antígeno B, la AB tiene ambos antígenos y la sangre O no tiene ninguno.
Los antígenos pueden desencadenar una respuesta inmunitaria si son extraños a nuestro cuerpo.
Por eso, cuando recibimos una transfusión de sangre solo podemos recibir sangre de donantes con el mismo tipo de sangre que el nuestro o el tipo O universal, el más común en el mundo.
Además, explican los científicos del Laboratorio de Investigación de Cirugía Torácica Latner y del Centro de Trasplante Ajmera de UHN (Canadá), los antígenos A y B están presentes en la superficie de los vasos sanguíneos del organismo, incluidos los vasos de los órganos sólidos.
De esta forma, si una persona que es del tipo O (lo que significa que tiene anticuerpos anti-A y anti-B en el torrente sanguíneo) recibe un órgano de un donante tipo A, por ejemplo, hay muchas probabilidades de que el órgano sea rechazado.
Esto hace, aseguran en su trabajo, que los órganos de los donantes se emparejan con los posibles receptores en la lista de espera según el tipo de sangre, entre otros criterios. Y aunque la urgencia y necesidad es otro de los requisitos, si no hay un donante compatible, una persona puede esperar mucho tiempo.
Ello hace que, por ejemplo, los pacientes del tipo O esperan en promedio el doble de tiempo para recibir un trasplante de pulmón en comparación con los pacientes del tipo A, explica Aizhou Wang, primera autora del estudio. [En España, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) el tiempo aproximado de espera para un trasplante de pulmón en España es de casi seis meses].
Esto se traduce en una mayor mortalidad, apunta Wang. En Canadá, «los pacientes con sangre tipo O y necesitan un trasplante de pulmón tienen un 20 % más de riesgo de fallecer mientras esperan a un órgano compatible».
Y esta situación también se da en otros órganos, «donde un paciente que es tipo O o B que necesita un trasplante de riñón estará en la lista de espera durante un promedio de 4 a 5 años, en comparación con 2 a 3 años para los tipos A o AB».
«Con el sistema de compatibilidad actual, las listas de espera son más largas para aquellos pacientes que necesitan un trasplante en función de su tipo de sangre», apunta Marcelo Cypel, Director Quirúrgico del Centro de Trasplantes de Ajmera y autor principal del estudio.
Pero, asegura Wang, «si convertimos a todos los órganos al tipo O universal, podemos eliminar esa barrera por completo».
El hecho de disponer de órganos universales, añade Cypel, «significa que podemos eliminar la barrera de sangre compatible y priorizar a los pacientes por la urgencia médica, salvando más vidas y desperdiciando así menos órganos».
Este estudio se trata de una prueba de concepto y se ha realizado en el laboratorio de investigación del doctor Cypel.
El experimento utilizó el sistema de perfusión pulmonar Ex Vivo que imita las funciones fisiológicas del cuerpo, mantiene los pulmones a la temperatura corporal mediante una circulación sanguínea asistida, los oxigena, y permite aplicarles antibióticos para eliminar posibles infecciones para que puedan repararse y mejorarse antes del trasplante.
Los investigadores emplearon pulmones de donantes humanos no aptos para el trasplante de tipo A que colocaron en el sistema de perfusión pulmonar Ex Vivo. Un pulmón fue tratado con un grupo de enzimas para eliminar los antígenos de la superficie del órgano, mientras que el otro pulmón, del mismo donante, permaneció sin tratamiento.
A continuación, el equipo probó cada uno de los pulmones agregando sangre tipo O (con altas concentraciones de anticuerpos anti-A) al circuito, para simular un trasplante ABO incompatible.
Los resultados demostraron que los pulmones tratados fueron bien tolerados mientras que los no tratados mostraron signos de rechazo.
La investigación muestra además la función esencial que desempeñan un grupo de enzimas identificadas en 2018 por el equipo de Stephen Withers de la Universidad de Columbia Británica (Canadá) para la creación de órganos universales del tipo de sangre.
«Este grupo de enzimas que encontramos y en el intestino humano puede cortar los azúcares de los antígenos A y B en los glóbulos rojos, convirtiéndolos en células tipo O universales», explica Withers.
Como próximo paso, los investigadores están trabajando para iniciar un ensayo clínico dentro de 1 año.