• Requien de las esferas iv

    En su incesante lanzamiento de dados,
    pausadamente, a ciegas,
    ahora el polvo de estrellas está amasando mundos
    que se atraen y repelen como ariscos felinos
    en celo o solitarios, racimos suspendidos
    y a plomada cayendo en la negrura helada
    de vientos estelares.

  • Los servidores de su majestad

    Se puede hacer por quebrados
    o por la regla de tres;
    pero si uno va al derecho,
    hay otro que va al revés.

    Podéis cambiar el problema,
    lo podéis replantear;
    aunque uno diga que sí,
    el otro dirá: «Ni hablar».

  • La materia del tiempo, que es forma del lugar, realiza- en los ecos plurales su sentido

    El espacio ha quedado
    reducido a su centro,

    al ala que conduce
    la luz hacia su centro,

    al hueco que comprime
    la voz dentro del centro,

    al centro que proyecta el iris a su centro,
    al centro de ese centro que anula toda voz.

  • Axioma


    Dada la hipotenusa carnal del enxiemplo, bese
    el hombre a la sua
    mujer suave, arguméntela
    con otro fósforo para que la llama
    siga siendo llama,
                                                ábrala además
    libertino.

  • Soneto a la ciencia

    ¡Oh ciencia, verdadera hija de la antigüedad,
    Que todo lo alteras con tus penetrantes ojos!
    ¿Por qué te ensañas con el corazón del poeta,
    Cual buitre cuyas alas son la gris realidad?
    ¿Cómo podría él amar o tener por sabia
    A quien no le permite que en sus ensoñaciones
    Busque las joyas que rutilan en el firmamento,
    A donde se remonta en intrépido vuelo?
    ¿No has sacado tú a Diana de su carro?
    ¿No has expulsado a la dríada del bosque
    Obligándola a refugiarse en planeta más feliz?
    ¿No has arrancado a la náyade de sus aguas,
    al elfo de la

  • Hibakusha

    ¿Quien dijo que, 
             reptante empieza la palabra bajo 
             los torbellinos de la luz sangrienta,
    desde esta sombra nunca
    podríamos cantar?

    Alguien miró sin fin desde la muerte.

  • Fi-7

    La transformación de los fotones gamma en pares formados por un
    electrón y un positrón (y a la inversa), de los pares en fotones gamma,
    y luego, de la transmutación recíproca de los pares de protones y
    antiprotones, neutrones y antineutrones, en otras partículas
    elementales de la materia, son ejemplos claros de lo que realmente
    debería ser la llamada poesía social.


    Frágil como un cristal
    se derrumba,
    tan sólo con sonar,
    el poema posible
    para la paz.

    En la velocidad
    límite de la luz
    casi invisibles, aún dan
    los

  • Nuestra galaxia

    Pálida, nuestra galaxia:
    Tantos y tantos luceros
    Por su camino de mesta
    Parecen y son borregos.
    Con sus polvaredas manchan
    Noches perdidas muy lejos.

    Qué importa a la Creación
    Galaxia de más o menos
    Si la soledad es tan
    Densa como el universo.

    Soledades fogueadas,
    Ruidillos de recovecos,
    En un rincón de fortuna
    Seres ya de pensamiento,
    Que entre esperanza y temor
    Llegan a sentirse eternos.

    Ayudadnos, oh deidades,
    A urbanizar el modesto,
    Modestísimo suburbio
    De los hombres.

           &nbs

  • Bernardino de sahagún

                                        [Fragmentos]

    A los ochenta años sus ojos se ensombrecen.
    Misiva del Consejo de Indias al Virrey. Edicto
    del Alto Consejo de la Inquisición a los arzobispos
    de México y Oaxaca. Las obras paganas en cuestión
    son ociosas, extrañas a la Fe y peligrosas
    .
    Los manuscritos se dispersan. La escuela
    se desmorona.

  • Si miro de noche al cielo

    A veces
    si miro de noche al cielo
    y observo la luna y las estrellas
    creo que lo he comprendido todo
    en un instante
    de golpe y por puro azar,
    sin saber muy bien por qué.

    Me pregunto
    qué tipo de nervios
    recorren los planetas
    y trasladan la electricidad
    de punto en punto,
    uniéndolo todo
    como un laberinto
    que acaba aquí.

    Lo sé y no lo sé
    al mismo tiempo.
    Pero casi lo invento.
    Adivino el límite total de todo
    en el borde del firmamento,
    las aristas que todo lo sostienen,