Operaciones matemáticas
Que la luz es una brizna a la deriva
en un erial eterno de tinieblas;
que la densidad del vacío rivaliza
con la terca oquedad del mundo:
que el contenido del silencio sobrepasa
a la sonoridad del mayor ruido:
y que la vida se queda en capítulo
de los anales de la inercia,
es cierto.
Pero esta noche,
tú y yo, aquí
y ahora, hambrientos
y desnudos,
plenos en la fugacidad
y soberanos
de nuestras respectivas
porciones de fatalidad,
sabios, ilusos
y humanamente absurdos,
por siempre
y de pasada,
sujetos a una trama
pero libres, rebeldes
que ignoran su obediencia,
tú y yo
-decía-,
aquí
y ahora,
en esta cama
(que dicho sea de paso
es todas ellas),
una vez más
nos disponemos
a confirmar la regla.