HABLANDO DE PERIODISMO A SECAS<br>
Reseña realizada por José Mª Sanmartí<br>
Universidad Carlos III de Madrid
En la vorágine que rodea hoy día el Periodismo, tanto en su vertiente empírica como en sus formulaciones y análisis más teóricos, se agradece y mucho la aparición de "Criterio Noticioso. El quehacer periodístico ante el desafío digital" de Mª Pilar Diezhandino, Catedrática de Periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid.
Reedición actualizada en parte de su libro anterior "El quehacer informativo. El arte de escribir un texto periodístico", se trata de una aproximación muy sensata a los problemas y debates que una y otra vez surgen en las redacciones de todos los medios y en las aulas universitarias, así como en amplios sectores de la opinión pública: qué es noticiable, qué es la objetividad periodística, como usar las fuentes, los géneros de información, y la interpretación y explicación periodísticas. La persistencia de estas cuestiones demuestra que el fondo del trabajo periodístico sigue siendo transversal a todos los medios y soportes, a los distintos estilos y praxis, a los distintos objetivos e intereses. Dicho de otro modo, hay que seguir dando respuestas coherentes y positivas a los retos clásicos del Periodismo. Como ha dicho la propia autora, hay que hablar de Periodismo a secas, sin apellidos, prefijos o sufijos (multimedia, ciberperiodismo, periodismo digital, ciudadano, participativo...,) o sea desde la concepción del relato sobre temas actuales, ese simbólico "qué pasa en el mundo".
No se propone aquí poner el acento en la inevitable difuminación de ciertas funciones, lo grave es que se dejen caer las fronteras que diferencian conceptos como explicación y valoración; o que se traten como sinónimos conjetura y análisis. Por lo tanto, el papel del periodismo sigue siendo imprescindible, ya que frente a la multiplicación casi infinita de información, se multiplica también la necesidad de ese profesional que ordene el caos, clarifique, clasifique, jerarquice, compendie, verifique y confiera a sus contenidos la credibilidad que solo otorga el acceso a fuentes contrastadas.
Así, por poner un ejemplo, en relación a las fuentes digitales, tan predominantes en la actualidad, M. P. Diezhandino insiste en que sean verificadas de la misma forma que deben ser comprobadas todas las otras incluso desde los principios mismos del Periodismo. O sea que muchas de las funciones y técnicas periodísticas que tradicionalmente han servido para hacer buen Periodismo, ahora deben ser aplicadas de forma parecida para encauzar las nuevas expresiones derivadas de una sociedad crecientemente digitalizada. El ciudadano medio tiene que tener la seguridad de que ante el maremágnum de información difundida, puede acceder a una información creíble más que a la variedad de versiones particulares.
No todo es fácil, ni lineal; por ejemplo, continuamos discutiendo sobre el valor y el alcance de la objetividad, un asunto que obsesiona el mundo informativo desde los años 1940 y que aún no se ha resuelto del todo. O sobre los límites de la interpretación y la valoración. En este sentido, la enorme complejidad del periodismo sumada a la experiencia acumulada aparecen en este libro como el resultado de una reflexión en profundidad y al mismo tiempo honesta. Las abundantes citas de autores significados se combinan con numerosos ejemplos de noticias y textos actuales, formando un hilo conductor entre el periodismo de antaño y el digital. En resumen, estamos ante un análisis que combina profesionalidad, con sentido común y rigor científico, que es lo que precisa hoy el ámbito periodístico y hace tan recomendable la lectura atenta de este libro.