Entrevista a Araceli Mangas Martín, catedrática de Derecho Internacional Público de la Universidad Complutense de Madrid. Premio Julián Marías 2022 de la Comunidad de Madrid por su carrera investigadora
En su largo recorrido ha trabajado entre otros temas en las relaciones e interacciones de los tratados internacionales y el derecho constitucional español, el sistema institucional de la Unión Europea y la Protección internacional y europea de los Derechos Humanos y su control. Aunque es reconocida como la “referencia” por excelencia en Derecho Europeo, también destaca en temas de Paz, Seguridad y Defensa. ¿Explíquenos en qué consisten sus trabajos de investigación?
Mis líneas de investigación han sido diversas porque también las materias a las que me he dedicado, derecho internacional público y derecho de la Unión Europea son materias muy plurales. Seguramente más del 60% de mis trabajos de investigación son en derecho europeo y un 35-40% aproximadamente en derecho internacional público, puro y duro. Empecé en el derecho europeo, sobre todo me interesaron los temas del proceso de decisión en la Unión Europea. Y estoy hablando del año 77, 78, 79, cuando España estaba iniciando su camino de negociación largo hasta el año 86. Entonces importaban más aspectos. ¿Cuál era el futuro de España en la Unión Europea? ¿Qué pasos tenía la negociación? pero a mí lo que me importaba ahora era cómo se decidía en Europa para irnos preparando, para ver las modalidades de influencia en la toma de decisiones y verlo desde todos los ámbitos prácticos. Es decir, ¿quién decide, cómo se decide, para qué se decide? También me han interesado, claro, los tratados internacionales, porque son base para el derecho europeo y base para el derecho internacional. Son un pilar común, un denominador común para conocer bien y tratar bien tanto los problemas de derecho internacional público y relaciones internacionales como los de la Unión Europea.
Por eso, una de mis especialidades clásicas ha sido la relación entre el derecho internacional y el derecho español, la Constitución española y también la relación del Derecho comunitario, el derecho de la Unión Europea con el Derecho español. Todos los problemas de la primacía del Derecho de la Unión. Porque al fin y al cabo es un problema de relación entre ordenamientos. También, claro, me han interesado cuestiones de derechos, de derechos de las personas, derechos humanos, los derechos como seres humanos, los derechos como ciudadanos. Los derechos, por ejemplo, en tiempos de guerra me importaron mucho a partir de los años 80, mi primera monografía en Derecho internacional público puro y duro es sobre conflictos armados internos y derecho internacional humanitario. Y también incluso mi discurso de ingreso en la Real Academia es sobre temas de derechos humanos, la democracia como un valor para las relaciones internacionales e incluso el Estado de derecho. También me ha preocupado mucho qué papel pueden tener las comunidades autónomas en las relaciones exteriores del Estado y también cuáles son los límites de esas actuaciones de las comunidades autónomas. También me ha importado como derechos humanos la igualdad entre mujeres y hombres en las políticas de la Unión Europea. Por tanto, ámbitos muy variados, porque el derecho internacional público, como el derecho europeo, es muy variado.
¿Qué aportan sus investigaciones a los retos que tiene planteados la sociedad?
Yo creo que mis investigaciones siempre han estado guiadas por problemas reales de la sociedad, por tratar de servir a la sociedad y naturalmente, a las administraciones públicas. Cuando se empezó a plantear la posible adhesión de España a la OTAN, estoy hablando del año 79-80, en plena transición democrática, todavía con los gobiernos de Suárez y luego ya el de Calvo-Sotelo, yo me planteé ese problema de cómo podía hacerse el procedimiento para la adhesión.
El derecho europeo ha sido sin duda la opción fundamental, mi mayor especialización dentro del derecho internacional. Dentro del derecho de la Unión Europea yo no he trabajado el derecho material, el fiscal o el administrativo, que considero que corresponde a otras materias, pero sí cómo funciona la Unión Europea
Había una discusión enorme que si por mayoría absoluta pedía el PSOE, mayoría simple que decía UCD, y yo hice un dictamen técnico justificado, bien razonado, sobre la alternativa constitucional y que era para mí el artículo 94: ver los precedentes o discusión en el Senado norteamericano y la discusión de los artículos de nuestra Constitución que establecen los procedimientos de autorización de tratados, ir encajando todas las fichas de ese rompecabezas y razonar por qué debe de ser simplemente por mayoría simple, al margen de ideologías, y con absoluta imparcialidad. Y ese dictamen fue el que finalmente prevaleció, el que siguió el Consejo de Estado. También trabajé muy intensamente en la adhesión de España a las Comunidades Europeas y por tanto, todo el impacto que iba a tener el ordenamiento de la Unión en el ordenamiento español. ¿Cómo iba a afectar a las competencias de las Cortes, de la Corona, del Gobierno, de las Comunidades Autónomas en la aplicación por los tribunales. Esa monografía se publicó justamente el año en el que España ingresaba, y ayudó a muchas personas a conocer todas las consecuencias que tenía la adhesión.
¿Cree que la sociedad en general conoce el trabajo que está realizando los investigadores y en qué aspectos ha contribuido a mejorar su vida cotidiana?
Yo creo que en parte sí, al menos en mi caso me siento muy agradecida porque la sociedad conoce una parte de mis trabajos. Cuando los periodistas me pedían esclarecer algo los he atendido siempre y cuando me lancé, hacia el 2006-2007, con cierta frecuencia a escribir en la prensa, me di cuenta de que la sociedad lo agradece mucho, Para mí es una de las mayores satisfacciones, cuando uno acepta esclarecer una situación en los medios de comunicación, llegas a muchas personas y la sociedad te agradece que esa ciencia le llegue y que esa ciencia le llegue con precisión, con rigor jurídico, con un buen lenguaje.
Reconocida como la “referencia” por excelencia en Derecho Europeo, también destaca en temas de Paz, Seguridad y Defensa. ¿Cuáles son sus contribuciones a estos temas?
El derecho europeo ha sido sin duda la opción fundamental, mi mayor especialización dentro del derecho internacional. Dentro del derecho de la Unión Europea yo no he trabajado el derecho material, el fiscal o el administrativo, que considero que corresponde a otras materias, pero sí cómo funciona la Unión Europea, qué efectos tiene su derecho, cómo se toman las decisiones y luego cómo alcanza a los derechos fundamentales de la ciudadanía. No he sido la primera ni mucho menos, pero sí he estado entre los primeros que a partir del fin de la dictadura y cuando empezaba la transición se dedicó de una manera, digamos, casi en un 70-80% al derecho europeo. Y lo he mantenido siempre. También acepté una iniciativa de un compañero de la Universidad de Granada, profesor Diego Liñán, e hicimos, a partir del año 96, un manual que no es un compendio de apuntes para que los alumnos estudien y aprueben la asignatura, como se hacen ahora todos los manuales; es casi, casi, un tratado del derecho de la Unión Europea muy bien hecho que ha tenido un gran éxito.
Pionera en derecho europeo, catedrática de derecho internacional público, académica. Me gustaría que me dijeras cuáles son tus retos de cara al futuro.
Sí, aunque la vida, la vida académica reglada, llega a su fin, mientras tenga facultades, mientras tenga salud física y mental, yo no sabría hacer otra cosa que seguir leyendo, seguir pensando, seguir escribiendo, seguir participando en mesas redondas, en coloquios, en conferencias, en actividades sociales como parte de la sociedad civil. Ahora ya no tanto como profesora en ejercicio sino como académica, porque eso es vitalicio y no hay jubilación alguna que valga. Por tanto, los retos son en realidad lo que han venido siendo hasta ahora, seguir pensando, seguir leyendo, seguir trabajando, seguir investigando, seguir reflejándolo en distintos medios, tanto científicos como medios de comunicación o en debates en la sociedad o en debates con jueces.
¿Cómo avanza Madrid cuando la ciencia avanza en Madrid?
Yo creo que los políticos en España, en general, no son todavía conscientes de la importancia que tiene la ciencia para la riqueza nacional, para el propio avance, para la consolidación de un Estado y de su propia riqueza. Riqueza económica, riqueza de empleo, riqueza de reputación. Es decir, los estados ricos no son ricos simplemente porque tengan muchos bienes, no investigan porque son ricos, sino que los estados ricos lo son porque investigan. Eso está claramente demostrado en Estados Unidos, en el Reino Unido, en Alemania, en Francia, donde una parte muy importante del Producto Interior Bruto se dispensa para investigación científica. Es decir, invertir en ciencia, en conocimiento, en generar conocimiento, debería ser una prioridad para la Comunidad de Madrid y, por tanto, ser ahí la Comunidad de Madrid, el gran emporio de la ciencia en España. Y ojalá, España, sea un gran emporio de la ciencia en Europa y en el mundo.
Premio Julián Marías 2022 de la Comunidad de Madrid por su carrera investigadora ¿Qué supone para usted y su trabajo este reconocimiento?
Este premio es un premio muy valorado en la comunidad científica, entre otras cosas también porque lleva una advocación, la de Julián Marías, que es una persona que está más allá del bien y del mal. Es una persona extraordinariamente reconocida por la sociedad española como gran discípulo o el gran discípulo de Ortega, por su propia obra filosófica y por su implicación con la sociedad y con el Estado. En la época en que vivió fue, por tanto, un ciudadano ejemplar, un ciudadano ilustre y ejemplar. Y ese premio es un premio que honra a una gran personalidad. Verme honrada con el premio de una gran personalidad, de un gran intelectual del siglo XX en España, es una culminación extraordinaria de mi carrera científica. No quiero más. Creo que me puedo sentir muy agradecida a la sociedad española, a la sociedad de Madrid, por ese premio.
