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Autor
Julio César Ondategui (Consejería de Educación. Comunidad de Madrid)

La Comunidad de Madrid en el mapa europeo de la innovación

“Pero aún dentro de lo que puede y debe ser considerado constructivo, hay un margen de duda y de inquietud, porque la experiencia nos indica que nuestra capacidad técnica va a remolque de otras y que si un país, en esencia industrial desde antiguo, no tiene potentes elementos de renovación en el campo de la ciencia (incluso de la ciencia más pura y ajena a toda idea utilitaria), su renovación tecnológica será siempre problemática, dependiente y por lo tanto atrasada ya al inicio” (Julio Caro Baroja).
Aunque lentamente, el gasto en investigación y desarrollo en la Unión Europea está progresando. Los países mejor situados son los escandinavos pues todos ellos superan el 3% del PIB, llegando en el caso de Finlandia al 4%. La media de la UE ha pasado de un 1,92% sobre el PIB en 2008 a superar el umbral del 2% en 2009. España ha pasado del 1,35 en 2008 al 1,38 sobre PIB en 2009, cifra todavía lejana al 2,01 sobre el PIB que es la media de la UE-27.

Cuando descendemos al nivel regional, en los dos últimos años según el INE, Madrid, Navarra, País Vasco, y Cataluña, realizan una intensidad en el gasto superior a la media nacional. Así, en el año 2009 Navarra dedicaba a I+D el 2,13% del Producto Interior Bruto, frente al 1,38% de la media nacional. La CC.AA. de Madrid alcanzó en 2008 el 2% sobre el PIB, y en 2009 el 2,06 sobre PIB, lo que sitúa a esta región en una posición similar a la media de la Unión Europea.

1. MADRID, UNA REGIÓN ADELANTADA EN LA UE

Con el objetivo de monitorizar el desempeño regional de la innovación, la UE elabora anualmente diferentes documentos. Desde el año 2000 la UE nos presenta listados comparativos de las regiones (por ejemplo en 2003 eran 173 regiones y en 2006 el RIS incluye 208 regiones), que pretendieron medir las buenas prácticas de las regiones a nivel NUTS en el ámbito de la innovación utilizando indicadores referidos a la ciencia y tecnología y sus resultados.


Ciudad tecnológica

Según los datos que nos aporta el Regional Scoreboard Innovation de 2006, Madrid era la región española mejor situada en términos de innovación, ocupando la posición 31 dentro de la UE, es decir, que en términos absolutos estaba situada por delante de la región de Londres que ocupaba el puesto 35. A continuación encontramos al País Vasco en el puesto 55, seguido de Navarra en el 76 y Cataluña en el 82. Teniendo en cuenta la media nacional, España se situaba en el puesto 16 dentro de la UE-25, muy alejada de la media europea y por detrás de países como Hungría o República Checa. Comparando regiones españolas con países de la UE-25, Madrid se situaría por encima de la media europea y de los valores de países como Reino Unido, Alemania o Francia. Por su parte, el País Vasco se situaba en la media de la UE-25, justo por detrás de Francia y por delante de países como Austria o Italia.

Debido a limitaciones impuestas por los datos y a los diferentes criterios y metodologías utilizados, el Regional Innovation Scoreboard de 2009 ya no nos proporciona una clasificación absoluta de cada región, pero sí grupos de regiones con niveles muy similares de rendimiento. Los resultados del análisis de este agrupamiento muestran cinco grupos con rendimientos diferentes, que van desde el más alto al más bajo rendimiento en innovación. Los países más heterogéneos son España, Italia y la República Checa, en los que en su interior el rendimiento por regiones es muy desigual. Las regiones más innovadoras están típicamente en los países más innovadores. Casi todas las regiones con rendimiento alto están en el grupo de "países líderes de la innovación". Asimismo, todas las regiones de bajo rendimiento se encuentran en países que tienen bajo o rendimiento medio. Sin embargo, los resultados también muestran las regiones que superan a sus países. Por ejemplo, Noord-Brabant es una región de alta innovación ubicada en un país (Países Bajos) seguidor de la innovación. Praha en la República Checa; País Vasco, Comunidad Foral de Navarra, Comunidad de Madrid y Cataluña en España; Lombardia y Emilia Romagna en Italia; Zahodna Eslovenia en Eslovenia; y Oslo og Akershus, Sor-Østlandet, og Agder  Rogaland, Vestlandet y Trøndelag en Noruega, están todas ellas en el grupo de regiones con rendimiento medio-alto de países innovadores moderados y seguidores.

Recientemente INNO METRICS ha hecho público la primera edición del Innovation Union Scoreboard (IUS) correspondiente al año 2010, basado en el anterior European Innovation Scoreboard [1]. El documento de 2010 utiliza indicadores relacionados con la investigación y la innovación, cubre los 27 Estados miembros de la UE, así como otros países todavía no miembros, y agrupa los países en líderes, seguidores, moderados, y modestos. Tomando como referencia los países miembros de la UE en su conjunto, el documento cataloga a España como innovador moderado, el tercer nivel entre los cuatro posibles. Los países líderes se localizan en el Norte y en la Europa central. En cambio, la periferia europea, a excepción de un puñado de regiones entre las que se encuentra Madrid, muestra unos moderados y modestos resultados, fundamentalmente concentrados en los países del Sur y del Este de la UE. Dicho mapa refleja, además, una correlación entre desarrollo económico y capacidad innovadora.

2. MADRID, UNA REGIÓN AVANZADA EN LA UE

Con la vista puesta en el año 2020 y con el fin de superar las declaraciones y la estrategia de Lisboa, el documento de trabajo de la Comisión Europea COM(2010) 553 final, abunda más en el potencial de innovación y difusión que las regiones europeas tienen. Para ello y mediante un indicador sintético se han tenido en cuenta las principales aspectos del proceso de innovación, incluyendo los gastos en I+D, patentes, publicaciones académicas, y la proporción de recursos humanos en ciencia y tecnología, para capturar la capacidad de innovación de una región. La capacidad de absorción es medida por el nivel de educación de la población, el aprendizaje permanente y la participación de empleo en servicios intensivos en conocimiento. La capacidad de las regiones para participar en la difusión de la innovación se apoya en la densidad de infraestructuras, en universidades, en empleo de alta tecnología y en la participación de hogares con acceso de banda ancha.

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Mapa del conocimiento madri+d

El mapa resultante muestra seis tipos de regiones, que van desde las fuertes generadoras de conocimiento a aquéllas otras con una capacidad de absorción y difusión débil. Precisamente, la región de Madrid junto a Navarra son las únicas regiones españolas que se encuentran en el primer tipo denominado generadores fuertes de conocimiento, en el que también se encuentran las regiones altamente desarrolladas del Norte y Oeste de los Estados miembros de la UE.

Estas regiones están cerca de la frontera tecnológica mundial y su proceso de crecimiento en general, depende de la innovación y la I+D, así como de la acumulación de capital humano con el fin de mover la frontera tecnológicahacia el exterior.

Por último, conviene señalar que el Regional Yearbok 2010 publicado por Eurostat, en el capítulo 8 dedicado a la Ciencia, Tecnología e Innovación, proporciona y mide un cluster de patentes de alta tecnología a escala regional: las patentes en biotecnología por millón de habitantes. Siete de las 15 primeras regiones europeas en patentes de biotecnología están localizadas en Alemania, dos en Francia, dos en UK, y una en Holanda, Dinamarca, Italia y España. La región de la capital danesa lidera en 2005 con 138 aplicaciones en la EPO las patentes en biotecnología, seguida de la región parisina I’lle de France con 127 y Oberbayen (Alemania) con 104, mientras que Madrid situada en la quinceava mejor región europea alcanza las 36 patentes en este cluster.

La región de Madrid junto a Navarra son las únicas regiones españolas que se encuentran en el primer tipo denominado generadores fuertes de conocimiento, en el que también se encuentran las regiones altamente desarrolladas del Norte y Oeste de los Estados miembros de la UE

Según los datos disponibles en el INE, la Comunidad Autónoma con mayor número y peso de patentes es Cataluña, que en todos los sectores obtiene una mayor actividad patentadora, superior a su peso en términos de PIB. La Comunidad de Madrid únicamente se encuentra a la altura de la de Cataluña en los sectores de instrumentos, química y productos farmacéuticos; sin embargo, Madrid se encuentra nítidamente por encima en los subsectores de ingeniería nuclear, semiconductores, y biotecnologías. El sector de química y productos farmacéuticos en la Comunidad de Madrid es la cuarta parte de su estructura de patentes debido sobre todo a las biociencias, en Cataluña es algo menor, y en el País Vasco es muy bajo.

Para la OCDE en su informe Science, Technology and Industry Scoreboard 2007, en España, Bélgica, Reino Unido e Irlanda es donde las universidades han avanzado más en tasas de patentes registradas. Pero lo que se observa es que diferentes tipos de instituciones presentan una especialización distinta respecto a los sectores más innovadores en los que, frente a la producción de conocimiento sólo publicable, se patenta. En las regiones con espacios industriales densos, que en España son pocas, las empresas han patentado casi exclusivamente en sectores relacionados con la ingeniería y la maquinaria. Es decir, estas regiones tipo País Vasco se mueven por el paradigma del conocimiento sintético aunque pueden evolucionar hacia otra fase de conocimiento analítico, siempre que buena parte de esos sectores industriales pasen por una reconversión importante. Por el contrario, en regiones fuertemente dependientes de universidades, éstas tienden a patentar más en los sectores de las biociencias y de los productos farmacéuticos. No obstante, se observan algunas ramas industriales en las que se impone el conocimiento analítico, como ocurre con las biotecnologías en el caso de Madrid. Señalar por ultimo que los estudios empíricos nos muestran que, para un mismo nivel de gasto en investigación, cuanto mayor es el porcentaje del gasto total que ejecuta el sector empresarial mayor es el número de patentes obtenidas y menor el de publicaciones.

3. MADRID, UNA REGIÓN INNOVADORA EN LA UE

A pesar de los claroscuros que todavía hay en la literatura de la innovación, la clasificación en un nivel u otro en estos mapas de innovación para el caso de Madrid depende de múltiples criterios y variables, y que para el Regional Innovación Scoreboard (RIS) del año 2009 son de entorno, o enablers: el acceso a la banda ancha, la población con educación terciaria y, sobre todo, de los gastos públicos en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB. Sin embargo, los últimos datos nos plantean la cuestión sobre si las inversiones realizadas durante la última década -crecimiento soloviano- y la orientación de nuestros recursos por incremento en el stock de conocimiento -crecimiento schumpeteriano- es la que más se adecua a las necesidades y preferencias del progreso que ahora necesitamos.

Teniendo en cuenta que no hay innovación sin conocimiento, pero que hay conocimientos no científicos que generan importantes innovaciones, y que no toda la tecnología proviene de la ciencia ni todas las innovaciones provienen de la investigación planificada y orientada[2], Madrid por su estructura social y productiva está en buena situación para recombinar adecuadamente el conocimiento analítico con el sintético. Ahora bien, más allá de modelos y estrategias en las que la originalidad de los instrumentos se han multiplicado espacialmente precisamente en la curva de aprendizaje[3] hasta niveles poco recomendables, Madrid es una región que se especializa en servicios urbanos y de conocimiento. Esta vía, que ya tiene desarrollo en metrópolis cercanas como el área de Londres donde el 60% del empleo realiza estas actividades, a plazo crea un cluster urbano en el sur de Europa, que demanda aproximar conocimientos analíticos y sintéticos, expansión comercial de los servicios científicos producidos -crecimiento smithiano-, pero también aflorar y reconducir la innovación oculta -aquélla que todavía no miden los scoreboards- y que tiene cada vez más importancia para el sector de las economías creativas fundamentalmente concentradas en las grandes regiones metropolitanas. Esta especialización en servicios, sostenida por la propia realidad, resulta a menudo paradójica con la todavía escasa utilización del conocimiento e inversión por ciudadanos y empresas, y sorprendente, dada la distancia que hay actualmente entre la percepción de una economía de servicios urbanos y su realidad como la mayor concentración universitaria y científica del Sur de Europa.

Cabría  preguntarse y reflexionar sobre el futuro de un sistema territorial  y social complejo al que en la última década se ha añadido un denso subsistema de intermediarios con el objetivo puesto en la transferencia tecnológica[4],[5]. En dicho modelo los integrantes del trinomio investigación, desarrollo, e innovación se han configurado con su propio espacio mental y organizativo. Esta organización aunque no impide sí frena las sinergias e iteraciones entre los elementos, que deben fluir a través de mecanismos más porosos que los subyacentes en dicho modelo. Las estructuras organizativas explican situaciones regionales en las que, pese al potencial y capacidades disponibles para la investigación y la existencia de intermediarios, no rinden adecuadamente en aplicaciones y tecnologías destinadas al mercado global. Hoy las innovaciones surgen de la calidad de los factores y recursos, pues el ingenio y la creatividad requieren de un ambiente de libertad y competencia para poderse desarrollar. Además, ha de reforzarse un ambiente institucional favorable donde haya aportes nuevos en el sistema, otros incentivos a la investigación e innovación, y el uso, consumo y difusión de tecnologías no se tase ni sea restrictivo.

Finalmente, Madrid envuelve un territorio que también persigue la innovación en sus estructuras sociales y económicas. El espacio funcional de esta región central transciende las fronteras trazadas décadas atrás. Dado que el avance de nuevos empleos, conocimientos y tecnologías industriales es esencialmente de calidad, y va asociado a la necesidad de asegurar el futuro[6], es posible configurar la escala de la región metropolitana y las ciudades que encarna como redes que cambian escalas, en una configuración territorial equilibrada más allá de la estrecha frontera administrativa. Porque si bien la cartografía sigue siendo la misma que hace décadas, la geopolítica está haciendo al mundo más rugoso y la geografía de la innovación a escala europea se mueve hacia elCentro Norte.


[1] http://www.madrimasd.org/Queesmadrimasd/Indicadores/Documentos/IUS_2010_Final.pdf  
[2] Mokyr J. (1990). The Lever of Riches: Technological Creativity and Economic Progress. Oxford University Press.
[3] Sunley P.-Martin R. (2003). Deconstructing clusters: chaotic concept or policy panacea?, Journal of Economic Geography 3, pp. 5–35. Oxford University Press.
[4] Ondategui J.C (2008). Parques tecnológicos de I+D: una industria con futuro. Economistas, pp. 347-353, Colegio de Economistas, Madrid.
[5] Ondategui J.C (2006). Parques científicos e infraestructuras tecnológicas: nuevos instrumentos de organización industrial, Análisis Local, nº 64, pp.33-46. Escuela de Administraciones Públicas, Madrid.
[6] Tassey G. (2007). The Technology Imperative. Edward Elgar, Massachusetts, USA.

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