Que una lactancia materna prolongada es más saludables en los niños, es algo que es conocido desde hace siglos, al punto que las damas de alcurnia contrataban a “amas de pecho” suplentes para poder tener una vida social más activa sin tener la carga de dar el pecho. Somos mamíferos y la naturaleza hace bien las cosas, la relación afectiva intrínseca a amamantar a los hijos es insustituible por un un biberón por su salud mental.
Experimentos con ratones demostraron que los ratones no amansados eran agresivos con sus congéneres.