El gran y costoso esfuerzo de España en ser el número mundial unos en transplantes contrasta con la escasa inversión en investigación. Los trasplantes son una maravillosa artesanía de escaso recorrido a largo plazo, mientras que la investigación sobre el cáncer puede salva millones de vidas y no solo en España además de posibles ingresos por patentes para seguir investigando. Por lo que no parece que lleve acabo una correcta distribución de los recursos finitos de la sanidad pública. Es llamativo el hecho de que desde 2015 se conoce que se pueden curar las cataratas en en perros, conejos y en humanos invitro, mientras que se siguen realizando cientos de miles de operaciones de cataratas a un coste muy elevado para la sanidad pública, bajo el pretexto que hay que investigar más. (Pero que investiguen otros)