Hace años que el metro de Madrid que gasta ingentes cantidades de electricidad ⚡️ para refrescar el subsuelo propuso usar estas calorías sobrantes para calefacciones de Edificios con el consiguiente ahorro y reducción de las emisiones. No obstante se trata de una decisión política que por razones desconocidas no quieren tomar y que podría resolver hasta un 50% del gasto de calefacción de la ciudad de Madrid. Las intenciones son buenas pero políticas deben acompañarse con hechos sobre la defensa del medio ambiente.
Otro ejemplo es un macro hotel de más de 1.000 habitaciones que gasta ingentes cantidades en calefacción y agua caliente, mientras que en la parcela colindante unos inmensos frigoríficos industriales gastan ingentes cantidades de energía para enfriar a escasos 50 metros del macro hotel.
Las calorías no están homologadas para ser comercializadas por limitaciones legislativas.