Mira cómo cada mota se divierte
componiendo con la otra algún objeto
o un proceso o un principio, de tal suerte
que la vida y la conciencia -y el soneto-
son los juegos del azar y de la muerte,
que son toda la verdad. A lo que objeto:
el sentido -tan curioso- del sujeto
¿cómo puede ser producto de la suerte?
¿Tiene entonces esa suerte como una
intención que manipula cada cosa
y le otorga su función sobre la luna
de este mar de la Ilusión que nos rebosa?
¿Es la suerte o el azar como una diosa?
(Los antiguos lo llamaron la Fortuna.)