A pesar de su importancia en el pasado, en la actualidad la fábula ha quedado prácticamente relegada a las publicaciones infantiles
En el siglo XX se ha producido la desaparición, dentro del panorama poético, de la fábula y los fabulistas; manteniéndose residualmente el género por cultivadores ocasionales en publicaciones infantiles, siempre bien aceptadas por sus receptores. Ha habido, sin embargo, intentos de modernizar el mundo de las fábulas clásicas mediante la transformación de sus personajes tradicionales -animales y plantas que hablan, por ejemplo - en máquinas que aleccionan al hombre. Es el caso del poema La Cafetera Express y el Infiernillo Eléctrico de Juan José Velo Nieto que traemos a poesía y ciencia.
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La Cafetera Express y el Infiernillo Eléctrico
La cafetera Express vaporizaba
y al infiernillo eléctrico exhalaba
sus planes venideros
de cambiarse en veloz locomotora
y pilotar los trenes de viajeros
a noventa kilómetros por hora,
para así convertir su inercia estática
en máquina energética y dinámica.
“¡Modérate el frenillo!,”
- respiró incandescente el infiernillo -;
“pues juzgo con franqueza
que el café se te ha subido a la cabeza.
¿Es que el llamarte “Express” que da derecho
a desdeñar las portas de tu pecho?…
¿Qué te parecería que yo,
por ser eléctrico artilugio,
quisiera transformarme en un tranvía
para buscar a mi tensión refugio?…”
El buen nombre se hereda,
pero no las virtudes que amoneda;
por eso yerra el hombre
que imagina triunfar con sólo un nombre
Juan José Velo Nieto.