UN EPISODIO CRUCIAL EN LOS ORÍGENES DE LA CIENCIA MODERNA<br>
Reseña realizada por Enrique Gómez<br>
Periodista (INTA)
Sostiene Dan Hofstadter que la verdadera causa del proceso que la Inquisición abrió a Galileo en 1633, se debió a la importancia que el astrofísico concedía a la experiencia, la primacía que otorgaba al testimonio de los sentidos (sobre todo la vista), en contraposición a los textos sagrados y a la metafísica: "¿Por qué tenemos que basar nuestra investigación en la palabra de Dios y no es sus obras?" -pensaba Galileo-. En definitiva: el desarrollo de un verdadero método científico, que, para Urbano VIII y sus acólitos, contradecía las Escrituras, pero -¡Ay!- no los hechos. Se mueve.
Es un peligro para la Iglesia de la Contrarreforma que un lego, por muy científico que sea, interprete la Biblia: Es preciso condenarle, por mucho que Galileo, amenazado de tortura, se someta a la disciplina y la obediencia a la Iglesia y, en consecuencia, dice creer en la inmovilidad de la Tierra: "Repudio, maldigo y aborrezco los susodichos errores y herejías".
Estamos ante una magnífica obra de historia de la ciencia donde se describe el proceso que lleva a Galileo a diseñar un telescopio capaz de conciliar la óptica con la astronomía y que, pese a las dificultades con las que se enfrentó para construirlo y para "enseñar" a utilizarlo, le permitió demostrar la teoría heliocéntrica, algo de lo que ya estaba convencido, pero que era muy peligroso defender.
La obra presenta, además, pinceladas sobre el perfil psicológico de un Galileo profundamente católico y amigo del papa Barberini, Urbano VIII, pero al que se ve enfrentado. A la vez se describe el trágico destino histórico de un papa inteligente, amante de las artes, pero al que la posteridad siempre recordará, no por el baldaquino de San Pedro, sino como el sumo insensato y prepotente que obligó a torcer la razón científica, el papa de Galileo: la historia pone a cada cual en su sitio.
Son destacables las descripciones de las intrigas de la corte papal del siglo XVII, siempre en relación con el proceso y su posible influencia en el resultado final y en el fracaso del intento de "acuerdo amistoso", así como del momento histórico que vivía la Iglesia Católica, enfrentada al protestantismo, lo que hacía imposible una cierta apertura en la interpretación de los textos sagrados.