Una barra de chocolate en un bolsillo ayudó a inventar el electrodoméstico estrella de la comida rápida
El descubrimiento del horno microondas fue una feliz coincidencia en las investigaciones de Percy Spencer, un ingeniero de la compañía Raytheon, durante la década de 1940. Spencer trabajaba en un proyecto relacionado con radares y específicamente con magnetrones, unos dispositivos que generan microondas en radares. Un día, mientras estaba cerca de un magnetrón en funcionamiento, percibió que una barra de chocolate que llevaba en el bolsillo se había derretido.
El fenómeno le intrigó y le llevó a realizar nuevos experimentos. Colocó granos de maíz cerca del magnetrón y observó cómo estallaron, convirtiéndose en palomitas de maíz.
Luego, hizo lo mismo con un huevo, que terminó explotando por la rápida acumulación de calor en su interior.
Reconociendo el potencial de las microondas para calentar alimentos rápidamente, Spencer y Raytheon trabajaron en el desarrollo de un nuevo tipo de horno que aprovecha esta tecnología. En 1945, se patentó la idea y, pocos años después, se introdujeron al mercado los primeros hornos microondas comerciales. Aunque inicialmente eran grandes y caros, con los años el microondas se ha convertido en un electrodoméstico esencial en cocinas de todo el mundo, transformando la forma en que preparamos y calentamos nuestros alimentos.