«Al parecer -dice un informante de la Royal Society-
ha querido engañar a Sir Charles
con su vistosa variedad: pero nuestro corresponsal
sin dejarse confundir por tanto pico, trompa,
belfo, hocico, cara,
ha descubierto que en todos, sapos, moscas,
orquídeas y humanos late
un mismo y veleidoso instinto
de conservación.