La poesía es una forma del conocimiento, es un temblor, un canto, más una pesadumbre. La poesía es también una costumbre y un hondo y largo y arduo y vasto sufrimiento.
La poesía no es un arma de futuro y tampoco un camino a la melancolía; y no es sumisa al pan de cada día, ni a la orden de un tirano y su poder oscuro.
Puede ser todo, todo: aire que te arrebata, y fuego que te abrasa, tierra que no te oprime y agua para la sed; mas nunca trueque o plata.
Insuficientemente dotados para cosmonautas elegimos el duro tobogán de las humanidades saber el mal de cada siglo, a veces emborrachamos en honor de Amenofis, y otras del desangelado &nb
Voy a contarte por física, sirena de mis ensueños, de amor el calor latente que está quemándose el pecho. Era una tarde que cúmulos cruzaban el calmo cielo, y ya el rocío las plantas iba de plata cubriendo, cuando tu imagen divina transmitió el éter al nervio óptico y de aquel instante no soy miope, soy ciego.