• Cinco maneras de matar a un hombre

    Hay múltiples métodos engorrosos para matar a un hombre.
    Se le puede obligar a que cargue un tablón de madera
    hasta la cumbre de un monte y entonces clavarlo.

  • Sobre la inutilidad de la semiología

    Domingo. Tan agosto que me cuesta imaginar que a veces
          me ha dolido literal y metafóricamente el corazón.
    Estuve tratando de conciliar la semántica con el verano y
          su cerveza adyacente
    y la gnoseología con la nostalgia de un país donde a esta
          hora el mediodía se echa al mar arrastrando
          adolescentes en racimos,
    tratando de comprender por qué en la relación con la

  • Una mujer en el cosmos

    1

       ¡UNA mujer en el Cosmos!
    Tarde.
    No es posible retractarse.
    Una mujer en su alcoba-
    esto es más comprensible,
    esto se celebra, es educado.
    ¿Cómo puede ser de otro modo?
    Ella come, duerme,
    a los futuros pilotos cuida.
    Una mujer - un hada.
    Pero desde las nubes
    en el foso la lanzan.

  • Fuera del círculo

    Camino en círculo
    en torno a lo que existe
    y dentro de ese círculo
    está tu mundo.

    Mi sombra se refleja
    en el cristal.

    Camino en círculo
    en torno a lo que existe
    y fuera de ese círculo
    está mi mundo.

  • Principio de incertidumbre

    ¿Por qué hemos de optar siempre por algo?
    Quiero estar aquí y allí.
    Quiero morir y crearme.
    Quiero ir tan lejos
    que el pasado y el futuro sean míos.
    Quiero ser música y ser cuerpo.
    Quiero copular con todos los hombres.
    Quiero ser versátil, alegre, lunático.
    Quiero ser misterioso e inaprehensible.
    Quiero vivir en todos los universos
    y bifurcarme en todos los caminos.
    Quiero ser como vosotras, secretas partículas.

  • Ecuación de primer grado con una incógnita

    En el último río de la ciudad, por error
    o incongruencia fantasmagórica, vi
    de repente un pez casi muerto. Boqueaba
    envenenado por el agua inmunda, letal
    como el aire nuestro. Qué frenesí
    el de sus labios redondos,
    el cero móvil de su boca.
    Tal vez la nada
    o la palabra inexpresable,
    la última voz
    de la naturaleza en el valle.
    Para él no había salvación
    sino escoger entre dos formas de asfixia.
    Y no me deja en paz la doble agonía,
    el suplicio del agua y su habitante.
    Su mirada doliente en mí,
    su voluntad de ser escuchado,

  • Oda en honor del conde de Floridablanca

    Excelso Conde, que al Estado ilustras
    De quien eres columna y firme escudo
    Claro esplendor de la española Toga,
    Ven presuroso a promover la Ciencia
    Con que la Juventud aquí enseñada
    De inmensa variedad de vegetables,
    Nombres, virtudes y usos nos explica,
    Siguiendo en este laberinto el hilo
    Del Linneano, docto y fiel sistema.
    Hoy del Monarca, padre de los pueblos,
    Y del sabio Ministro reconoce,
    Y ostenta con amor los beneficios.
    A ti, oh glorioso domador del ocio
    E ignorancia, previene presurosa
    Guirnaldas, que te ciñan la alta frente,

  • Las estrellas ((Autobiografía))

    (Fragmento)

  • Teología científica

    Probablemente es uno de muchos.
    Estará cansado, a veces,
    distraído. Difícil trabajo,
    todas estas series de experimentos,
    más que incontables. Sí,
    en principio lo sabe todo,
    pero naturalmente no se puede
    preocupar de los detalles:
    reactores que se recalientan,
    nubes de plasma, campos relativistas.
    Finalmente no somos los únicos.

    Sólo después de una eternidad
    toma de nuevo la prueba en su mano.
    En su enorme ojo
    se refleja nuestro universo.
    Pero entonces ya hemos pasado.
    Lástima. A lo mejor le hemos
    interesado, desde el punto de vista

  • Oda al libro (II)

    Letras largas, severas,
    verticales,
    hechas
    de línea
    pura,
    erguidas
    como el mástil
    del navío
    en medio
    de la página
    llena
    de confusión y turbulencia,
    Bodonis
    algebraicos,
    letras
    cabales,
    finas
    como lebreles,
    sometidas
    al rectángulo blanco
    de la geometría,
    vocales
    elzeviras
    acuñadas
    en el menudo acero
    del taller junto al agua,
    en Flandes, en el norte
    acanalado,
    cifras
    del ancla,
    caracteres de Aldus,
    firmes como
    la estatura
    marina
    de Venecia
    en cuyas aguas madres,
    como vela