“Se podría decir que mis estudios se centran en analizar la basura generada por los habitantes del periodo romano”

¿En qué consiste su investigación?

Mi principal línea de investigación en el Instituto de Cultura y Tecnología en la Universidad Carlos III de Madrid se centra en el estudio arqueológico de la vida cotidiana de los habitantes de la península ibérica durante la Antigüedad. Tradicionalmente, la arqueología clásica se había concentrado en el estudio de elementos monumentales con un alto valor estético o patrimonial. Yo, por el contrario, me he centrado en analizar otra clase de materiales arqueológicos, como por ejemplo los restos de viviendas más humildes o los pequeños fragmentos desechados de forma cotidiana por los grupos humanos a una escala doméstica. Se podría decir que mis estudios se centran en analizar la basura generada por los habitantes del periodo romano. Esta mirada, menos historicista y más antropológica, nos permite entender el pasado romano desde perspectivas alternativas más propias de los métodos analíticos de las ciencias sociales actuales que de las narrativas generadas por las fuentes clásicas.

En los últimos años, en el marco de un proyecto de investigación financiado por el Programa de Atracción de Talento de la Comunidad de Madrid, me he centrado en el análisis arqueológico de las comunidades campesinas del periodo romano en el centro de la Hispania romana. Gracias a la información procedente de muchas excavaciones arqueológicas de urgencia desarrolladas en el área metropolitana madrileña hemos podido documentar una gran cantidad de pequeños asentamientos rurales romanos. De este modo, la cuenca de Madrid puede considerarse como una región privilegiada para conocer las condiciones de vida de estos sectores más humildes del mundo rural romano, de los que tan poco sabíamos hasta hace unas pocas décadas.

¿De qué manera contribuye su investigación a afrontar los desafíos de la sociedad?

En términos puramente prácticos, lo que hemos pretendido en nuestros proyectos más recientes es crear un modelo de gestión integral (descubrimiento, excavación, investigación y difusión) de todo este patrimonio arqueológico más humilde que nos rodea y del que muchas veces no somos conscientes.

Pero el principal valor de todos estos hallazgos es que nos aportan una ingente cantidad de datos para analizar algunos de los retos esenciales de nuestra sociedad desde una perspectiva más amplia y profunda. Dos de los problemas sociales más importantes que debe afrontar nuestro país en las siguientes décadas son el aumento de la desigualdad económica y el reto demográfico en la “España vaciada”. A pesar de que estos problemas son actuales, en muchos casos, están influenciados por dinámicas históricas de larga duración que se remontan a un pasado remoto. La Arqueología y los estudios históricos en general son los únicos que pueden ayudarnos a entender estas dinámicas de larga duración que deben ser tenidas en cuenta por los políticos e instituciones que deben decidir qué medidas o estrategias han de implementarse para hacer frente a estos retos.

 ¿Cómo hacer llegar a la sociedad en trabajo de los científicos y las científicas?

Una parte esencial de mi trabajo se desarrolla a partir del concepto de ciencia ciudadana. La ciencia ciudadana es una nueva forma de participación y metodología en actividades de investigación científica, en la que los ciudadanos contribuyen activamente a la ciencia con su esfuerzo intelectual, conocimiento (de cualquier tipo), herramientas y/o recursos. El objetivo principal es cocrear una cultura científica en la que diferentes actores (investigadores, organizaciones, políticos, etc.) participan activamente en todas las etapas de la investigación, así como en la búsqueda de soluciones.

En mi caso, esta perspectiva se ha articulado en torno a la creación de un laboratorio arqueológico de ciencia ciudadana. Gracias a la financiación de la FECYT (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, Ministerio de Ciencia), hemos podido crear el Laboratorio de Arqueología Digital Abierta en la Universidad Carlos III de Madrid. Este laboratorio en realidad no es más que un espacio en el que voluntarios de diversa procedencia y sin formación científica previa colaboran en el procesado y análisis digital de una gran cantidad información arqueológica. Es una iniciativa que permite involucrar a la ciudadanía en el proceso de investigación arqueológica al tiempo que reciben formación sobre cultura digital y gestión del conocimiento (bases de datos, programas CAD, sistemas de información geográfica, photomasking, etc.). No es necesario tener ninguna formación previa ni en arqueología ni en informática y todo el mundo es bienvenido, incluso tenemos una sesión de videollamada abierta durante nuestras reuniones para trabajar de forma síncrona con aquellas personas que no puedan asistir de forma presencial, para más información sobre esta actividad https://www.uc3m.es/deporte/voluntariado/crowdsourcing_arqueologia o a través del Instagram del LADA https://www.instagram.com/lada.uc3m/ . Animo a todo el mundo que pueda estar interesado en participar a contactarnos.

¿Qué retos de futuro se plantea con su  investigación?

La combinación de recursos digitales con la aplicación de una perspectiva de ciencia ciudadana nos permite abrir nuevos horizontes de investigación que están aún por explorar en Arqueología. Con una mínima inversión en formación, el trabajo de muchos de estos voluntarios en nuestro laboratorio de ciencia ciudadana nos permitirá procesar y digitalizar una gran cantidad de información sobre diversos tipos de hallazgos arqueológicos que hasta ahora solo podían hacer un grupo muy reducido de expertos arqueólogos de forma individual. Sin embargo, la integración de la ciudadanía en nuestras investigaciones nos permitirá aumentar nuestra capacidad para procesar una mayor cantidad de hallazgos arqueológicos generados de forma cotidiana por la gran mayoría de las gente normal y corriente en el pasado. Toda esta información no solo nos permitirá aumentar nuestro conocimiento sobre los más diversos aspectos del mundo antiguo, sino que nos permite aplicar una nueva visión de nuestro pasado común. Una visión más enfocada en entender la verdadera influencia de nuestras acciones cotidianas en el devenir de la historia y, por extensión, en nuestro futuro.

¿Cómo avanza Madrid cuando avanza la ciencia en Madrid?

A veces no nos damos cuenta, pero la gran concentración de universidades y centros de investigación que tenemos en Madrid solo es superada por unas pocas capitales europeas y ciudades del resto del mundo. Aunque es imposible tener una estimación del impacto económico real que toda esta actividad tiene para la región, lo cierto que cuanta más capacidad tenga Madrid para atraer talento científico de todo el mundo, mayores posibilidades tendrá de competir en atracción de talento y de recursos con otros grandes centros científicos y de producción de conocimiento a escala global.

¿Alguna cuestión que quiera añadir?

En la actualidad es frecuente ver como -a menudo desde ámbitos que nada tienen que ver con la investigación científica- el pasado se invoca como justificación ideológica de reivindicaciones y conflictos políticos o militares. Por ello, hoy más que nunca, necesitamos el desarrollo de investigaciones arqueológicas que, a partir del análisis científico de diferentes tipos de evidencias materiales, sirvan para generar visiones alternativas -más profundas- sobre el pasado de la humanidad. En una época de relatos construidos, los arqueólogos tenemos la obligación de proponer interpretaciones reflexivas, basadas en el estudio riguroso y exhaustivo de todas las evidencias disponibles. De esta manera la Arqueología no solo contribuirá al ensanchamiento de nuestro conocimiento sino también a la promoción de una sociedad más justa y libre.