Un libro editado por el Servicio de Publicaciones de la UAH recoge diferentes contribuciones acerca del papel que desempeñaron las mujeres en las primeras civilizaciones que usaron la escritura. Estos artículos muestran que había una multitud de situaciones diferentes y que, bajo ciertas condiciones, las mujeres disfrutaron de un alto grado de independencia.
Josué J. Justel, investigador del Departamento de Historia y Filosofía de la Universidad de Alcalá, y Agnès Garcia-Ventura, de la Universitat de Barcelona, son los editores de la primera obra en español centrada en el papel que tuvieron las mujeres en Próximo Oriente Antiguo, basándose para ello en la manera en que las fuentes cuneiformes las mencionan. Justel y García-Ventura solicitaron a reconocidos expertos, tanto nacionales como internacionales, que contribuyesen con artículos de su área de especialización a la obra.
Como se desprende de las diferentes contribuciones del libro, la sociedad mesopotámica antigua era marcadamente patriarcal. En general, las mujeres quedaban relegadas a un segundo plano y en su nombre muchas veces actuaban el padre, el marido o los hermanos. Por ejemplo, el número de textos en los que se atestigua que una mujer mesopotámica compraba, vendía, realizaba un contrato, etc. es comparativamente muy bajo respecto a las mismas circunstancias aplicadas a los hombres. No obstante, las fuentes reflejan una multitud de situaciones especiales en las que, por una u otra razón, las mujeres disfrutaban de cierta independencia y capacidad de actuación política, jurídica y económica. Los textos cuneiformes nos hablan de mujeres escribas que redactan documentos para diferentes personas, de reinas que gestionan sus propias administraciones, de mujeres que tienen un destacado papel en la composición e interpretación de piezas musicales en la corte, de otras que deciden desheredar a familiares varones porque no las cuidan durante la vejez, etc. Aun siendo excepciones, estos datos suscitan valiosísimas reflexiones en los campos de Historia de las mujeres y en los estudios género. Adicionalmente, se observa que estas sociedades patriarcales tendían, en cualquier caso, a proteger a grupos de población vulnerables, como podían ser las viudas, las divorciadas, las niñas -junto, por supuesto, con personas pobres, enfermos, etc.-.
Varias civilizaciones habitaron la antigua Mesopotamia y las regiones cercanas: sumerios, hititas, babilonios, asirios, etc. En esencia, este marco geográfico se corresponde con los actuales países de Irak, Siria, Israel, Líbano, Turquía y parte de Irán. Estos pueblos tenían en común que, para expresar por escrito sus diferentes lenguas (sumerio, acadio, etc.), emplearon el sistema cuneiforme, que consistía en la impresión de signos abstractos sobre tablillas de barro. La escritura cuneiforme fue empleada desde finales del IV milenio a. C. hasta el siglo I d. C., por lo que estamos hablando de tres mil años de historia durante los que se redactaron, al menos, unos 300.000 textos de diferente naturaleza y que han sido recuperados en diferentes excavaciones arqueológicas.
Las diferentes contribuciones de Las mujeres en el Oriente cuneiforme están divididas en varias secciones temáticas: la vida intelectual y cultural, la vida económica y jurídica, así como la vida política. El libro cuenta además con un completo índice de materias y con una introducción a cargo de los editores, donde se da cuenta de los aspectos historiográficos del tema.
Esta obra constituye, por tanto, una visión sobre la primera civilización que nos ha dejado testimonios escritos, y consecuentemente tiene un valor enorme para cualquier persona que tenga interés en conocer la vida de las mujeres en la Antigüedad.
Referencia bibliográfica:
Josué J. Justel y Angès Garcia-Ventura, eds.: Las mujeres en el Oriente cuneiforme, Servicio de Publicaciones de la UAH: Alcalá de Henares, 2018. 435 pp. ISBN: 978-84-16978-60-1.