Estudios anteriores identifican dos etapas previas de auge en el sector. La primera es durante los años 30 y 40 del siglo XX, en la que se produjo ‘Garbancito de la Mancha’ (1945), el primer largometraje de dibujos animados de Europa a color. La segunda abarca la década de los 60 y destaca por el impulso que los Estudios Moro dieron a la animación mediante sus anuncios publicitarios. Su actividad también contribuyó al posterior desarrollo de la producción de series de televisión.
En 1985, coincidiendo con el estreno de ‘La calabaza mágica’, comienza la tercera etapa dorada de la animación en España, cuyo final no se puede determinar aún. Este último periodo es el que analiza el estudio “An Age of Splendour for Contemporary Spanish Animation: Evolution of an Industry Over the Last Four Decades”, realizado por Mercedes Álvarez San Román, profesora del Departamento de Comunicación de la UC3M y miembro del grupo de investigación TECMERIN. El artículo ha sido publicado en la revista Animation: An Interdisciplinary Journal, referente mundial sobre estudios de animación.
La investigación establece tres fases diferenciadas: germinal, de despegue y de consolidación. “Esta subdivisión se basa en los estrenos de largometrajes que han representado un punto de inflexión en el sector, tanto por su sistema de producción y financiación, su temática, su distribución y su impacto en otras producciones”, apunta la investigadora.
La fase germinal recoge los 16 largometrajes que se realizaron de 1985 a 2000. En este periodo destaca el cine autonómico y multiautonómico surgido en el contexto político, social y cultural de la España de la post-Transición. Algunas de las recién creadas Comunidades Autónomas contribuyeron a impulsar la producción de animación con el objetivo de que las nuevas generaciones se familiarizaran con las lenguas cooficiales, las tradiciones y leyendas de la zona. Esto generó un tejido que favoreció la producción del primer largometraje en 3D de España y Europa, ‘Megasónicos’ (1997). Sobre esta producción realizada en el País Vasco, Mercedes Álvarez San Román señala que “se llevó a cabo con dos ordenadores y el lenguaje cinematográfico que utiliza sigue siendo cercano al del 2D, con movimientos de cámara limitados y deformaciones del cuerpo de los personajes en clave cartoon”.
La fase de despegue comienza con el estreno de ‘El bosque animado’ (2001). Comprende el periodo entre 2001 y 2008 en los que se producen 38 largometrajes de animación. Uno de los factores que incrementó la producción fue la creación de nuevos canales de televisión, que propició el aumento de la demanda de contenidos audiovisuales y, además, acrecentó las posibilidades de financiación al estar sometidos por ley a destinar el cinco por ciento de sus beneficios a la producción cinematográfica. Otro factor de su auge fue el asentamiento del mercado de vídeo, que abrió una nueva vía para la amortización de películas. También fue clave la bonanza económica y los intercambios comerciales globales. Las películas de este periodo sobrepasan el ámbito autonómico y se estrenan títulos sobre temáticas nacionales, como por ejemplo ‘El Cid: la leyenda’ (2003).
La última fase es la de consolidación y se inicia con el estreno de ‘Planet 51’ (2009). En el periodo entre 2009 y 2021 se realizaron 66 largometrajes y España se sitúa como el segundo país productor de animación de Europa y el quinto del mundo. Estos años destacan por la emergencia de grandes producciones transnacionales y la eclosión del cine de animación para el público adulto. Durante estos años se producen algunas de las películas que más éxito han cosechado tanto a nivel nacional e internacional, como ‘Chico y Rita’ (2010), ‘Arrugas’ (2011), ‘Las aventuras de Tadeo Jones’ (2012) o ‘Klaus’ (2019).
“El sector de la animación en España se caracteriza por sus bajos costes de producción y por el elevado número de proyectos realizados íntegramente con financiación procedente del propio país. Esta evolución ha repercutido en la notoriedad de la animación en la esfera pública. Ha pasado de ser una producción periférica, no solo geográficamente, a conseguir éxitos de taquilla y altos niveles de exportación”, finaliza Álvarez San Román.
Este análisis se enmarca dentro del proyecto de I+D+i “Cine y televisión en España en la era del cambio digital y la globalización (1993–2008): identidades, consumo y formas de producción”, cuyo investigador principal es el profesor Manuel Palacio, del Departamento de Comunicación. Está financiado por la Agencia Estatal de Investigación de España.
Referencia bibliográfica: Álvarez San Román, M. (2022). An Age of Splendour for Contemporary Spanish Animation: Evolution of an Industry Over the Last Four Decades. Animation, 17(3), 302–317. https://doi.org/10.1177/17468477221114367