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¿Por qué la obesidad aumenta el riesgo de cáncer y, posiblemente, de metástasis?

La obesidad podría ‘ayudar’ al tumor a hacer metástasis al modificar las características de los vasos sanguíneos y las plaquetas en una forma que favorece la anidación del cáncer en otros órganos

Tener obesidad o sobrepeso aumenta el riesgo de desarrollar varios tipos de cánceres, pero no está clara la razón. Quizás la obesidad o el sobrepeso ni siquiera son causa directa de ese aumento. Algunas investigaciones sugieren que el origen está en las alteraciones que provocan, o quizás en los cambios en el organismo derivados de esas condiciones físicas. Y lo cierto es que entender la relación entre la obesidad, el sobrepeso y el cáncer es clave. A ello se dedican en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) los grupos de Guadalupe Sabio, Nuria Malats y Héctor Peinado.

Según la Encuesta Europea de Salud en España del año 2020, en nuestro país un 16,5% de los hombres de más de 18 años y un 15,5% de las mujeres padecen obesidad, y el sobrepeso afecta a un 44,9% de los varones y un 30,6% de las mujeres.

Guadalupe Sabio dirige el Grupo de Interacción entre Órganos en las Enfermedades Metabólicas del CNIO, que estudia la relación entre el cáncer y la obesidad: “Los estudios epidemiológicos que muestran una relación muy alta sobre todo con cáncer hepático y de colon –también con otros, pero con evidencias estadísticas menores– empiezan en 2010. Poco después se estudia el fenómeno en modelos animales y se ve rápidamente que aquellos con una dieta alta en grasas muestran propensión al cáncer hepático, una relación que también se vio más tarde con otros tipos de tumores”.

Cáncer de hígado y colon

Uno de los tejidos que más se daña con la obesidad es el adiposo –la grasa, presente en los habituales ‘michelines’–. El grupo de Sabio descubrió un determinado tipo de proteínas muy activas en personas obesas. Si se eliminan del tejido adiposo, el riesgo de cáncer se reduce. “Descubrimos que cuando las eliminábamos del tejido adiposo de los animales, estos tenían menos riesgo de desarrollar cáncer hepático. A partir de ahí empezamos a estudiar cómo están esas proteínas en las personas”.

Sabio comenzó a analizar esas proteínas quinasas diferenciando entre “personas obesas y delgadas y, algo que no se había hecho antes, entre mujeres y varones”. Lo que descubrieron fue que las mujeres tienen esa vía menos activa que los hombres. “Este fue un dato muy significativo, porque los hombres tienen cuatro veces más posibilidades que las mujeres desarrollar un tumor hepático”, explica Sabio.

Este grupo investiga ahora cómo la grasa afecta a otros tipos de cáncer, como el de mama, y sigue buscando biomarcadores sanguíneos relacionados con la grasa que nos digan si una persona tiene más riesgo de padecer cáncer de hígado.

Cáncer de páncreas, obesidad y microbioma

Núria Malats, que dirige el Grupo de Epidemiología y Genética Molecular del CNIO, ha liderado un gran estudio internacional, PanGenEU, dedicado a indagar los factores asociados al riesgo de cáncer de páncreas. El objetivo último es establecer programas de cribado que permitan la detección temprana de la enfermedad. El cáncer de páncreas se detecta habitualmente en fases avanzadas y suele provocar la muerte en un año tras el diagnóstico, por lo que es crucial avanzar en detección precoz.

“El cáncer de páncreas es uno de los más asociados a la obesidad como factor de riesgo”, explica Malats. Pero aún no se entiende la relación: “Creemos que el papel de la obesidad es mucho más complejo y pensamos que hay otros factores relacionados”.

El grupo de Malats ya había demostrado que la diabetes tipo 2 de larga duración es un factor de riesgo en cáncer de páncreas. “Creemos que la diabetes media el efecto de la obesidad, y la obesidad el efecto de la diabetes, y ninguno de los dos factores tiene relación causal con el cáncer de páncreas. Esto sugiere que las condiciones previas que llevan tanto a la diabetes como a la obesidad podrían ser la causa del mayor riesgo en cáncer de páncreas”.

Esas condiciones previas podrían provocar una inflamación leve y crónica del páncreas, lo que induciría diabetes y obesidad y, finalmente, cáncer de páncreas. “Las causas de esa inflamación pueden ser genéticas o estar relacionadas con el microbioma, la comunidad de microorganismos que habitan en nuestros cuerpos”, asegura Malats. Es una línea de investigación que está explorando con el Grupo de Carcinogénesis Epitelial del CNIO, dirigido por Paco X. Real.

Metástasis y obesidad

Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO, investiga la relación de la obesidad o el sobrepeso con la metástasis, el proceso por el que un tumor primario se reproduce en otros órganos, diseminándose por el organismo. Se sabe aún poco sobre este punto: “Parece claro que la obesidad influye en la diseminación del cáncer, pero la investigación no se había centrado, hasta ahora, en explicar molecularmente por qué ocurre eso”, explica Peinado.

Es lo que comenzó a investigar en 2015. “Empezamos con melanoma, y vimos que en los ratones obesos las células cancerígenas metastatizan mejor. Después pasamos a cáncer de mama, un tumor cuyo riesgo está más relacionado con la obesidad que el melanoma. También en este caso comprobamos que las células cancerígenas metastatizaban mejor en los ratones obesos. Así que ya teníamos evidencia en dos tipos de cáncer: melanoma y mama”.

Con esos datos, el grupo estableció una hipótesis: “Creemos que la obesidad afecta a los órganos en los que el cáncer metastatiza. Por una parte, la obesidad aumenta lo que se conoce como permeabilidad vascular. Y hemos visto que en los órganos en que hay metástasis también aumenta esa permeabilidad vascular” afirma el investigador. “Otro cambio que provoca la obesidad es el aumento de la actividad plaquetaria, y eso mismo lo vemos en nuestros modelos de ratón, en los órganos con metástasis. Parece que la célula tumoral aprovecha esas dos circunstancias para anidar y formar metástasis”.

La mirada de Peinado se centra ahora en los seres humanos: “Estamos colaborando con el grupo de Miguel Quintela, de la Unidad de Investigación Clínica en Cáncer de Mama del CNIO, para tratar de extrapolar nuestras observaciones a pacientes. Nuestra hipótesis es que la obesidad influye sistémicamente en la metástasis, y buscamos la forma de controlarla o revertirla”.

Estrategias terapéuticas basadas en la dieta

En los modelos de ratón sí funcionan las estrategias de cambio de dieta: “Estamos probando estrategias terapéuticas en nuestros modelos de ratón. Por ejemplo, cambiando de una dieta alta en grasas a una dieta normal. Esto, extrapolado a un paciente, significaría comer más sano, llevar una dieta equilibrada en vez de comer grasas saturadas y alimentos procesados. Los datos apuntan a que un cambio en la dieta podría reducir la capacidad de metástasis de las células tumorales. Y, por otra parte, utilizamos inhibidores de agregación plaquetaria que también reducen esa capacidad de anidamiento metastásico”, explica Peinado.

Avanzar en el conocimiento de la relación entre obesidad y sobrepeso y cáncer resulta fundamental en oncología. Según el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, entre 2011 y 2015 hubo en ese país 37.670 nuevos casos de cáncer en hombres y 74.690 en mujeres que estaban relacionados con un exceso de peso corporal (en España no hay datos específicos). Además, entre 2005 y 2014 la mayoría de los cánceres asociados a sobrepeso y obesidad aumentaron un 7% en EE. UU., mientras que los cánceres asociados a otros factores disminuyeron un 13%.

Tipos de cáncer más relacionados con la obesidad

El Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) reconoce que existen trece tipos de cáncer cuyo riesgo aumenta con la obesidad o el sobrepeso en diversa proporción. Estas son las veces que aumentan las probabilidades de padecer cada tipo de cáncer, dependiendo de si se padece obesidad grave, obesidad o sobrepeso:

Además, cada aumento de 5 unidades en el Índice de Masa Corporal (IMC) que es el indicador con el que se miden la obesidad y el sobrepeso incrementa en 1,2 veces el riesgo cáncer de mama después de la menopausia y en 1,1 veces el de cáncer de ovario.

Comentarios

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La correlación matemática entre cáncer y obesidad no parece tener en cuenta el parámetro de la edad.
La edad es un factor de obesidad por lo que la edad también tiene una correlación positiva con el cáncer.
En cuanto a la obesidad está correlacionada empírica mente con la comida muy procesada y los conservantes empleados. Por último el concepto de obesidad está siendo revisado en función de la estructura ósea y masa muscular de los individuos en función del sexo y de las distintas etnias humanas. Muchas incógnitas subyacen en el cáncer, la reciente decisión de la UE de vacunar a toda la población contra el virus del papiloma humano y el virus de la hepatitis B demuestra que hay otros factores conocidos que son causa directa del cáncer.

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