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URJC

Nueva metodología para evaluar el estado de los ecosistemas urbanos

Los resultados de este trabajo podrían emplearse para identificar las áreas prioritarias de actuación y aquéllas que requieran intervenciones de conservación

Los ecosistemas urbanos proporcionan múltiples bienes y servicios que tienen un impacto directo en la salud humana, como la purificación del aire, la reducción del ruido o la disminución de la temperatura. Tanto la cantidad como la calidad de estos bienes y servicios generados dependen de la condición (estado y/o calidad) del propio ecosistema. Sin embargo, existe un limitado número de estudios que evalúen esta condición a escala local.

Un equipo de investigación de la URJC, en colaboración con la empresa Ecoacsa Reserva de Biodiversidad S.L., ha desarrollado una metodología para evaluar la condición de los ecosistemas urbanos, concretamente de la ciudad de Madrid. Este trabajo se ha basado en las directrices del Sistema de Contabilidad Económica y Ambiental (SEEA – EA, por sus siglas en inglés), impulsado por las Naciones Unidas, que proporciona una metodología estandarizada para evaluar el capital natural. “El objetivo de nuestro estudio ha sido desarrollar una metodología que ofrezca ventajas en comparación con otras métricas existentes y que pueda emplearse como base, por ejemplo, para el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad o el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid”, destaca Adrián García Bruzón, investigador del área de Tecnologías del Medio Ambiente de la URJC y coautor del estudio.

Los resultados obtenidos, publicados recientemente en la revista científica Ecological Indicators, muestran en detalle cuál es la condición del ecosistema urbano que forma la ciudad de Madrid. Además, el haber calculado la condición de cada polígono en los que está dividida la ciudad, permite identificar áreas prioritarias de actuación, tanto aquéllas que por su baja condición requieran intervenciones urgentes de mejora como aquéllas otras que por su buena condición necesiten acciones de conservación. 

El estudio revela que las zonas con mayor condición se ubican en el noroeste de Madrid, próximas al polígono de referencia de El Monte de El Pardo, puesto que se sitúan lejos de los focos de contaminación y son las que generan más servicios ecosistémicos. Por el contrario, las áreas que muestran valores de condición más bajos son aquéllas del centro de la ciudad, donde hay una mayor contaminación atmosférica y acústica, existen problemas hídricos y térmicos y la provisión de servicios ecosistémicos que generan es menor. 

“Es muy importante también conocer qué variables necesitamos modificar mínimamente para cambiar rápidamente las zonas con baja condición a zonas con buena condición. Por ejemplo, una acción encaminada a conectar los parques urbanos y otras áreas verdes posiblemente tenga una mayor influencia en la mejora de condición de Madrid, que establecer planes de reducción del CO2 o del SO2”, señala García Bruzón.

Imágenes de satélite para identificar y clasificas los espacios

Para llevar a cabo el estudio se emplearon imágenes de satélite, aplicando técnicas de teledetección y sistemas de información geográfica. Primero se clasificó el espacio físico de Madrid en categorías urbanas (parques urbanos, vías de comunicación, bosques, etc.) y se seleccionaron las variables que influyen en la condición de esta ciudad en base a bibliografía y experiencias previas. A continuación, se identificó la zona de referencia (aquélla con la máxima condición) y se analizó la similitud entre la zona de referencia y las demás áreas. Finalmente, se generó un único índice de condición con un rango entre 0 y 1.

A partir de este índice, se calculó la condición promedio de los barrios que se incluyen en Madrid. El 23,66% de los barrios presentaron una condición buena (índice de condición superior a 0,60) y el 76,34% de los barrios una condición mala (índice de condición inferior o igual a 0,60), obteniéndose de media una condición para la ciudad de Madrid de 0,69. “El índice de condición puede emplearse para evaluar la efectividad de las políticas urbanas durante un periodo de tiempo. Un aumento en el índice sugeriría el éxito de las políticas aplicadas, mientras que una disminución señalaría la necesidad de reorientar estas políticas y de realizar intervenciones urgentes”, concluye el investigador de la URJC.

Este índice también podría servir como base para el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad o el Plan Estratégico de Madrid. Además, las ciudades podrían emplear esta metodología como herramienta para analizar su resiliencia al cambio climático, proyectar su tendencia futura o identificar desigualdades en la distribución de los recursos naturales. 


Referencia bibliográfica: Álvarez-Ripado, A., Bruzón, A. G., Álvarez-García, D., & Arrogante-Funes, P. (2024). Assessing urban ecosystem condition account with object-based methods. Ecological Indicators, 168, 112727. https://doi.org/10.1016/j.ecolind.2024.112727

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