Aunque la intuición parece tener cierto papel en la identificación de cooperadores, los resultados sugieren que las señales visibles en imágenes estáticas no son suficientes para predecir conductas cooperativas de forma precisa
En nuestras interacciones diarias solemos formarnos impresiones rápidas basadas en la apariencia física, especialmente en el rostro, a menudo a partir de imágenes estáticas. Esto sucede, por ejemplo, al navegar en redes sociales, revisar un CV o usar aplicaciones de citas, donde tomamos decisiones sobre la fiabilidad de alguien en cuestión de segundos, basándonos casi exclusivamente en sus fotografías.
Un nuevo estudio multidisciplinar, liderado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), la Universidad Leuphana de Lüneburg (Alemania) y el King’s College London (Reino Unido), se propuso explorar si es posible inferir la disposición de una persona a cooperar solo observando fotos de su rostro.
Para ello, los investigadores emplearon un juego económico conocido como 'el dilema del prisionero', que permite medir la tendencia a cooperar, y pidieron a un grupo de 300 participantes que evaluaran dicha tendencia observando únicamente fotos de los rostros de los jugadores.
Los resultados, publicados recientemente en Scientific Reports, revelaron que la precisión al evaluar la cooperación fue solo ligeramente superior a lo esperado por azar, lo que indica que las fotos de rostros no ofrecen suficientes señales para predecir de manera fiable si alguien será cooperativo. No obstante, se observaron diferencias significativas en ciertas condiciones.
“Por ejemplo, los participantes que contaron con un tiempo limitado de máximo 5 segundos para hacer sus evaluaciones fueron más acertados al identificar a los sujetos cooperativos”, afirma el coautor Enrique Turiegano, del Departamento de Biología de la UAM.
“Esto —agrega el investigador— sugiere que la intuición, entendida como un juicio rápido y poco meditado, puede tener un papel limitado en la detección de personas cooperativas”.
Sesgos inconscientes
Los investigadores observaron que los participantes tendían a acertar más al identificar cooperadores si esperaban que los demás fueran cooperativos, y también eran más eficaces identificando a no cooperadores si era eso lo que preveían. Sin embargo, la capacidad general para detectar cooperadores a partir de fotos se mantuvo limitada. Esto concuerda con investigaciones previas que sugieren que las señales de cooperación suelen ser sutiles y difíciles de captar en imágenes estáticas.
Además, en el estudio se identificaron ciertos sesgos, como la tendencia a percibir erróneamente como cooperadoras a personas con determinadas características (mujeres, personas mayores, mujeres con rasgos muy femeninos), lo que abre preguntas sobre el papel de los sesgos inconscientes en nuestras percepciones.
“En suma —concluye Turiegano—, aunque las fotos de rostros influyen en nuestras impresiones sobre la disposición a cooperar, no son indicadores fiables de esta conducta. Esto nos lleva a reconsiderar cómo juzgamos a los demás y subraya la importancia de evaluar factores adicionales antes de decidir confiar en alguien, especialmente en situaciones delicadas o comprometidas”.
Referencia bibliográfica: Lohse, J., Sanchez-Pages, S., & Turiegano, E. (2024). The role of facial cues in signalling cooperativeness is limited and nuanced. Scientific Reports, 14(1), 22009.