Un equipo de investigación de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y de la Universidad de Almería (UAL) ha encontrado un nuevo tipo de asentamiento. Se trata de un complejo arquitectónico de grandes dimensiones, formado por un edificio de dos plantas y un patio con almacenes de la época del Estado de Wari
Los investigadores han llegado a este resultado gracias a las excavaciones realizadas a finales del año 2022, en el marco del Proyecto de Investigación Arqueológica La Puntilla. Desde 2005 el equipo viene realizando trabajos de campo en los yacimientos de El Trigal, junto al río Aja, en la vertiente norte de la sierra de La Puntilla. Se trata de un área arqueológica cercana a la comunidad de Orcona (provincia de Nasca, departamento de Ica, Perú).
Desde 2012 las excavaciones se han centrado en El Trigal III, donde se había hallado un asentamiento de la época del Estado de Cahuachi, del siglo I al IV de nuestra era, momento que corresponde a los geoglifos con figuras de animales conocidos como Líneas de Nasca. En 2021 se iniciaron las excavaciones del denominado Recinto Norte, y en 2022 se confirmó que se trataba de un edificio de época posterior, de la época del Estado de Wari. A la espera de la confirmación de las fechas obtenidas mediante carbono 14, se estima que su cronología se sitúa entre los siglos VII y X de nuestra era.
El Estado de Wari tenía su centro en la ciudad de Wari, localizada en la sierra andina, en el departamento peruano de Ayacucho. A partir del siglo VII extendió su control político desde esa región hacia territorios de la sierra y la costa, hasta el norte de Perú. Se considera que esa expansión política constituyó un imperio, con un importante peso de la actividad militar de conquista territorial, pero también con alianzas y pactos con grupos dominantes de distintas regiones, como pudo ser el caso del valle de Nasca.
El edificio del Recinto Norte de El Trigal III tenía en torno a 130 metros cuadrados y estaba construido con muros de grandes piedras, sobre los que se levantaban paredes de adobe. Tenía dos plantas, dado el grosor de los muros y el volumen de los derrumbes encontrados. Presentaba las paredes enlucidas en color blanco y amarillo, por los restos adheridos a las piedras que conformaban el material arquitectónico. Y en la planta baja, la que se ha conservado, hay evidencias de trabajos de preparación de alimentos y de almacenamiento.
A ese edificio se añadía un gran espacio formado por un patio con pequeñas estancias destinadas al almacenamiento, aún en proceso de excavación, en el interior del denominado Recinto Sur. Este recinto alcanzaba mas de 500 metros cuadrados, y estaba delimitado por muros de grandes piedras.
Este tipo de complejo arquitectónico no había sido documentado hasta ahora en excavaciones en extensión. Pero se conocía una maqueta de cerámica con esta misma configuración, hallada en una sepultura de Ayacucho. La realización de maquetas indica que la construcción estaba planificada previamente. Este hecho también se conoce en el caso de los centros de control territorial donde el Imperio de Wari ubicaba los almacenes donde se concentraban los tributos de las comunidades de las regiones sometidas al control estatal.
El asentamiento de El Trigal III representa un nuevo tipo de enclave, de carácter rural, en el territorio de Wari, probablemente propiedad de un grupo de la clase dominante imperial, que mediante trabajo servil podía mantener los diversos trabajos artesanales, de preparación de alimentos y de mantenimiento de los almacenes, en la casa y sus anexos, y también llevar a cabo trabajos agrícolas en las tierras del valle del río Aja. En la época del Estado de Wari se conocen bien centros políticos, como la ciudad de Wari, o una serie de centros territoriales en diferentes regiones, así como algunos establecimientos donde hay edificios singulares de forma absidal, seguramente lugares de uso político y religioso, y también un gran número de sepulturas, muchas veces sin contextos claros, pero con ajuares funerarios de ese momento. Pero el asentamiento hallado por el Proyecto La Puntilla corresponde a un pequeño lugar rural, aunque con un componente arquitectónico con gran inversión de trabajo, seguramente porque era habitado por miembros de la clase alta.
La campaña de 2022 en El Trigal, llevada a cabo bajo la dirección científica de Pedro V. Castro-Martinez, de la UAB, y de Trinidad Escoriza-Mateu, de la Universidad de Almería, ha sido financiada por el Ministerio de Cultura y Deporte, dentro del programa Proyectos Arqueológicos en el Exterior, por la Fundación PALARQ y por el proyecto de I+D FUNECOAN (HAR2017-86431-P) del Ministerio de Economía y Competitividad y la Agencia Estatal de Investigación, con cofinanciación FEDER, y ha contado con el soporte de la Embajada de España en Perú.
Un avance de los resultados acaba de publicarse en la revista Informes y Trabajos, nº 21, del Instituto de Patrimonio Cultural de España, y se presentará también en el X Congreso Nacional de Arqueología de Perú, que comienza el 28 de noviembre.
En el marco del Congreso, la Consejería para Asuntos Culturales y Científicos de la Embajada de España en Perú lanzará el portal web Yachay, página de arqueología creada como una ventana de muestra del trabajo en ese ámbito de investigaciones y entidades españolas en Perú, al lado de especialistas de Perú, en los múltiples lugares de valor arqueológico del país.
El portal incluirá una exposición virtual de los resultados del Proyecto La Puntilla, de 2005 a 2022, así como los avances de las investigaciones en la Zona Arqueológica de Caral (Supe), en la costa norte del Perú. Son las dos líneas de trabajo que originan la creación de este portal web, que aspira a contener en el futuro próximo otras investigaciones de la arqueología española en Perú.