Hay que tender puentes para que académicos y empresarios se entiendan

Alejandro Couceiro Ojeda, nació en Madrid en marzo de 1950. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid, en las especialidades de Financiación y Marketing. Además ha realizado el Master en Administración de Empresas y Marketing por la Escuela Superior de Investigación Comercial (ESIC) y diversos cursos de postgrado de Comercio Exterior, Derecho Comunidades Europeas, Administración Europea, Marco Laboral de la Empresa y Transportes.

Couceiro, ha compaginado su actividad profesional con la docencia en la Universidad Autónoma de Madrid y Escuelas de Negocios.

Desde 1974 a 1981 trabajó en el Gabinete del Banco de Vizcaya y desde el año 82 trabaja en CEIM Confederación Empresarial de Madrid-CEOE, ocupando desde 1999, el puesto de Secretario General de la Confederación.

Además, es consejero del Consejo Social de la Universidad Autónoma de Madrid, consejero general de Caja de Madrid y miembro del Consejo de Administración del Instituto Madrileño y de la Comisión de Control de Caja de Madrid.

Creo que a lo largo de estos diez años la política regional ha tomado forma. Si observamos como estaba organizado el Sistema Regional de Innovación, desde el punto de vista empresarial, encontramos a una serie de entidades aisladas que actuaban de una manera dispersa y se relacionaban entre ellos de forma casi aleatoria. Lo mismo ocurría en el ámbito académico.

Gracias a la evolución del Sistema madri+d, se establecieron unos canales de comunicación que han propiciado el conocimiento entre las universidades, los centros de investigación y las empresas, han afianzado relaciones y han dado el soporte necesario para llevar a cabo múltiples iniciativas de trabajo coordinado. Se ha pasado de una cierta desconexión y desconocimiento a una organización en red. Ahora todos nos conocemos y nos comunicamos, con mayor o menor fluidez, pero dentro un sistema que permite saber qué es lo que cada uno quiere y/o puede hacer.

Como es natural, madri+d dedicó sus primeros años de vida a darse a conocer a través de seminarios y jornadas, entre otras actuaciones hacia el sector empresarial, y al mismo tiempo estableció un sistema de comunicación absolutamente participativo: su página Web.

Un proceso de esta envergadura debe estar dirigido por un equipo que tenga claro los objetivos a alcanzar, los medios de que dispone, y la capacidad de poner de acuerdo a todos los que lo integran. Un sistema de innovación como madri+d no surge de una manera natural, las instituciones saben que es importante innovar pero tienen que tener una coordinación. Si no hay alguien que conduzca este proceso, es difícil que se produzca. Creo que es precisamente esta definición de los objetivos y la tenacidad en alcanzarlos el mayor logro de madri+d.

2.- ¿Cree usted que en estos diez años su institución ha mejorado su capacidad de colaboración con otras instituciones y con el tejido empresarial y la sociedad?

Hasta el año 2000 aproximadamente, madri+d tiene casi todas las piezas del proceso de innovación, pero falta la pieza final que soporte cualquier sistema de innovación, que es la pieza empresarial. Por una parte hay una propuesta de la Dirección de Investigación hacia madri+d con un plan concreto para trabajar juntos, propuesta que es muy bien acogida por CEIM como pieza clave en el proceso de innovación. Hay, además, una respuesta muy proactiva de CEIM a esa oferta de participación activa en el Sistema como resultado de la comprensión por nuestra parte de esa necesidad de participación.

Antes de que se conformase madri+d, las grandes organizaciones sectoriales de carácter nacional hacían innovación tecnológica porque es un aspecto que les afecta como sector. Sin embargo, en el ámbito regional, las organizaciones empresariales son mucho más pequeñas y no tienen capacidad para colaborar entre ellas y con el mundo académico y de la innovación.

Cuando CEIM se incorporó, se percibió que se generaba un referente al que dirigirse en innovación. Lógicamente cada empresa participa en función de sus posibilidades y de lo que les afecte la tecnología y la innovación, lo que también es un proceso de aprendizaje del propio Sistema, que indica con quién y con quien no pueden colaborar. La organización del Sistema Regional de Ciencia y Tecnología ya no se queda reducido a un tema de ayudas y subvenciones, sino de servicios a los que pueden acceder. El mundo empresarial todavía no es suficientemente consciente de que la innovación no requiere solamente dinero, sino servicios de valor añadido que son los que aporta el conjunto del Sistema. Creo que ese ha sido uno de los grandes avances del Sistema madri+d.

3.- Uno de los objetivos del Sistema madri+d ha sido crear un mecanismo eficaz de información y comunicación entre todos los participantes en el sistema de ciencia y tecnología (investigadores, administración, gestores, empresas, consultores, etc.) ¿Qué mejoras considera más relevantes en este ámbito de la información y la comunicación y cuál considera que ha sido el papel de madri+d?

Creo que CEIM, durante este proceso de ordenación del Sistema Regional de Innovación, ha ido definiendo qué papel debe cumplir dentro del mismo. Siempre quiso estar allí donde de forma natural tenía que estar, es decir pegado a las empresas, y dando cobertura a las organizaciones afiliadas a la Confederación. Lo más importante es que éstas, que agrupan a las empresas de sus sectores o territorios, son conscientes de que ahora tienen una serie de servicios que pueden ofrecer a sus asociadas a través del Sistema madri+d.

Es a partir de entonces cuando se puede definir mejor el papel que debe cumplir CEIM en el Sistema madri+d, que no es otro que vincular a las organizaciones sectoriales, territoriales o locales con los procesos de innovación a través del Sistema madri+d y llegar por capilaridad a todas las empresas, ese es su cometido.

4.-Uno de los objetivos del Sistema madri+d ha sido mejorar la participación y el apoyo ciudadano en los temas de ciencia y tecnología ¿Cree usted que programas como la Feria Madrid es Ciencia, la Semana de la Ciencia o las actividades de participación y divulgación puestas en marcha por madri+d han contribuido a esta mejora?

Desde mi punto de vista, el acercamiento entre la sociedad y la ciencia es fundamental. Las cifras de asistentes, instituciones participantes y actividades organizadas durante la Feria Madrid es Ciencia y la Semana de la Ciencia hablan por si solas. Sin embargo, queda muchísimo por hacer en ese terreno a tenor, de nuevo, de las conclusiones de la última encuesta sobre percepción social de la ciencia, realizada por el Ministerio de Educación y Ciencia, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), en la que la valoración que hacen los ciudadanos sobre investigación, innovación y tecnología está muy por debajo de lo deseable.

No debemos olvidar que los empresarios forman parte de esa sociedad, por lo que su valoración no debe ser muy diferente. Se habla mucho de productividad y competitividad, pero no siempre se comprende lo suficiente que esa competitividad que se reclama se basa en el desarrollo y aplicación de la tecnología. Se le da un papel relevante pero, a la hora de la verdad, falta que tanto la sociedad como los empresarios sean plenamente conscientes de que la tecnología no surge de la nada, que requiere una investigación muy potente en la que deben participar las empresas con sus ideas e iniciativas porque, en determinados casos, utilizarán sus resultados a través de su transformación en tecnología y luego en innovación.

Esta reflexión no es nueva, pero hay que hacer un especial esfuerzo en fomentar un cambio cultural de los empresarios, sobre todo de los más pequeños, que han de asumir que la innovación se convierte en beneficios en su cuenta de resultados. También tenemos que tener en cuenta que las pymes españolas son más pequeñas que las europeas, lo que dificulta más el esfuerzo de innovación, tanto de las propias empresas como de las instituciones que han de ayudarlas. En ese papel de apoyo a la PyME en su proceso de innovación CEIM está actuando muy estrechamente con la Dirección General de Universidades e Investigación para facilitar el acceso a la innovación de las PyMEs a través de las Organizaciones afiliadas.

5.- El conocimiento científico y tecnológico debe ser un activo para la competitividad de la región y de sus empresas. ¿Considera que ha contribuido a este objetivo la puesta en marcha de servicios de valor añadido como los de comercialización de tecnología, vigilancia tecnológica o apoyo al emprendedor de base tecnológica?

Esta es otra de las grandes aportaciones de madri+d, la creación y puesta a disposición de las organizaciones empresariales y de las empresas de servicios de valor añadido. Los empresarios han empezado a percibir que no solamente existen las ayudas económicas, sino que hay servicios como el de vigilancia tecnológica o la comercialización de tecnologías que cada vez son más valorados y demandados. Además, en los últimos años y para que haya una mayor difusión, se han redirigido los programas de vigilancia tecnológica a las asociaciones, que ya son capaces de prestar este tipo de servicios y se sienten plenamente integradas en un Sistema sin el que no podrían llevar a cabo este tipo de iniciativas. Asimismo, algunas de nuestras organizaciones afiliadas participan de forma activa en los proyectos europeos de comercialización de tecnología con un importante impacto.

Una de las fortalezas del Sistema madri+d ha sido, por ello, facilitar a estas asociaciones la posibilidad de dar servicios de alto valor añadido a sus empresas asociadas que, debido a su tamaño, tienen menos posibilidades de innovar que las grandes empresas.

La presencia de empresarios en los Círculos de Innovación es cada vez mayor. En este momento hay asociaciones que tienen una gran actividad porque su sector está apoyado directamente en tecnologías que evolucionan rápidamente como las TIC o la biotecnología, o en sectores en los que hay menos empresas y que son punteros como el de materiales o nanotecnología.

Al principio, el servicio de Creación de Nuevas Empresas de Base Tecnología se centró en la detección de ideas y formación de emprendedores. El veinte por ciento de las iniciativas procedía del mundo no académico; evidentemente eran universitarios, pero ya no estaban en relación con la universidad. Habría que hacer un esfuerzo mayor en recuperar el interés de todos esos investigadores que se encuentran dispersos en empresas y que tienen ideas interesantes… Es una tarea ingente por la dispersión, pero merecería la pena hacerlo. Ya se sabe que no es lo mismo pescar en un océano, que en un estanque…

En un primer momento, se organizó muy bien la parte de formación. Ahora nos tenemos que encargar de la financiación. En este asunto encontramos dos obstáculos que hay que tener en cuenta: una cierta carencia cultural y la competencia con otros sectores de mayor rentabilidad a corto plazo y más riesgo. Cuando un empresario tradicional se enfrenta a la innovación, ve “algo” que no conoce muy bien, del que lo que percibe es riesgo, que sin duda lo tiene, pero que hoy día puede gestionarse mucho mejor apoyándose en una estructura como madri+d.

Todo este equilibrio de apoyos, cultura, propensión al riesgo que no se da tanto como sería deseable en el mundo empresarial español es lo que tenemos que mejorar. Este año se va a hacer un importante esfuerzo de difusión de la Red de Business Angels que es una de las pocas vías que existen para financiar nuevas iniciativas empresariales de base tecnológica, que las hay.

6.- Señale las actividades y servicios de madri+d en que ha participado y/o utilizado, bien personalmente o bien su institución, y cuales considera más interesantes.

Para mí el Notiweb es uno de los grandes servicios de difusión sobre ciencia y tecnología. Se lee masivamente porque está muy bien hecho y cumple con el cometido con el que fue diseñado, que es poner al alcance de un publico muy amplio y diverso las noticias más relevantes sobre ciencia, tecnología e innovación para la Comunidad de Madrid.

El resto de los servicios los utiliza el departamento de innovación, que es el que gestiona los aspectos técnicos de la transferencia de tecnología, vigilancia tecnológica y evaluación del impacto de políticas regionales y europeas, entre otras. En este sentido, el apoyo que damos a nuestras asociaciones para participar en la elaboración de informes de vigilancia tecnológica y en la comercialización de tecnología me parecen especialmente importantes.

Pienso que recientemente ha habido dos iniciativas clarísimas que suponen un punto de inflexión en las relaciones academia-empresa. La primera es la nueva financiación de las universidades vinculada a objetivos, que supone un cambio de gestión y mentalidad que deben conocer los empresarios. Sería bueno dar a conocer a los empresarios el nuevo esquema de financiación de las universidades, contado por los propios académicos y cómo trabajan con criterios asimilables a los de los empresarios.

La otra gran iniciativa es la creación de los Institutos Madrileños de Estudios Avanzados (IMDEA), que va a sentar en la misma mesa a investigadores y empresarios para hacer investigación de excelencia con un interés común. Ahora hace falta enlazar todas estas iniciativas con las de la Comisión Europea, con ese enorme esquema europeo que se está creando y que tiene que formar parte de las prioridades de las organizaciones empresariales.

7.-¿Qué echa en falta en el Sistema madri+d?

El Sistema madri+d se configura inicialmente para cohesionar a los investigadores, ya que una región que aspira a ser líder, tiene que ser excelente en investigación y para ello hay que coordinarlos y prestarles servicios. CEIM es firme defensora de la investigación de excelencia y que la sociedad y los empresarios conozcan el avance de la Ciencia y la tecnología. Si los ciudadanos no saben que en Madrid se puede hacer investigación de calidad, la Región no avanzará en la medida de sus posibilidades.

También es cierto que el discurso que perciben los empresarios desde el mundo académico es que hay que “gastar más”, lo que a priori es recibido con recelo por parte del empresario, que invierte, como es su obligación, en función del beneficio esperado. Por otro lado, el mensaje que reciben los universitarios por parte de los empresarios es que quieren un resultado directamente aplicable, en un tiempo determinado (siempre corto) y con un coste cerrado. Pero la I+D tiene parámetros diferentes a los de comprar tecnología a un proveedor. Es necesario, y en ello estamos, acercar ambas posiciones, la del investigador y la del empresario. El trabajo en red de la academia y la empresa en el Sistema madri+d ayuda mucho en esta tarea.

Hay que tender puentes para que académicos y empresarios se entiendan y para ello sería fundamental que ambos cambiasen sus discursos. Los empresarios españoles tienen que colaborar, no solamente entre ellos, sino también con los universitarios y esto es un cambio cultural que como todos requiere tiempo, recursos, constancia y paciencia.

Para terminar, me gustaría apuntar la necesidad urgente de implementar una estrategia de comunicación y marketing dirigida al tejido empresarial de Madrid, con mensajes y herramientas orientadas según el tamaño de las empresas y el sector al que pertenecen. Rediseñar la oferta del Sistema madri+d en función de sus expectativas, poniendo en valor la aplicación del conocimiento científico en los procesos de innovación y explicando éste en términos de retorno económico, que es el lenguaje que manejamos en la empresa.

Creo que las estrategias de comunicación son tan importantes como las de creación de servicios, ya que al final pueden hacer crecer la demanda de éstos, crear la necesaria masa crítica en su utilización y generar una mayor actividad innovadora, en definitiva, que es el objetivo en el que todos coincidimos.