Gestión del Conocimiento y Toma de Decisiones.

Hasta hace relativamente poco la gestión del conocimiento se ha centrado en la clasificación, (taxonomía y ontología) de sus objetos, pero esto ha evolucionado, posiblemente porque ya lo más importante no es la captura de conocimiento; hoy es, al menos, tan importante facilitar el flujo e intercambio del conocimiento entre las personas y aquí las taxonomías no son tan útiles. Además, el conocimiento emergente es difícil de clasificar; con esta intención se han desarrollado los tags: taxonomías definidas por los propios usuarios y generadoras de sus propios elementos documentales (manuales, páginas, links externos). Finalmente, las búsquedas de información ya no se realizan por metadatos -los árboles de taxonomías (como el viejo Yahoo) tienen un límite-, sino mediante palabras clave, tags y otros descriptores definidos para cada documento y generados incluso a partir del propio texto.

Pero la gestión del conocimiento ha evolucionado mas allá de controlar la generación y transmisión del mismo entre los miembros de una organización; el constante avance del conocimiento hace que, en el momento actual, nadie pueda saberlo todo, pero también sucede que no hay nadie que no sepa nada y no pueda aportar algún conocimiento útil; y esto independientemente de su pertenencia a cualquier organización. En consecuencia, es necesario incorporar las posibilidades de la democracia cultural (o democracia del conocimiento) en la gestión del conocimiento. Por otra parte, las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs) no son un agente más en el juego sino que lo modifican sustancialmente, al posibilitar una comunicación revolucionaria: múltiple, reversible y transitiva. Una comunicación que ya no es estrictamente privada (de uno con uno), ni pública (de uno con muchos), sino una comunicación de todos con todos, que incluye, a la vez, aspectos públicos y privados.

La consecuencia de todo lo anterior es que la tecnología está al alcance de todos y aproxima la capacidad de actuación de los individuos a la de las organizaciones. Pero, en el lado negativo, la tecnología facilita el control de unos pocos (que ya usan todas las capacidades de la tecnología) sobre muchos (que todavía no son conscientes de sus capacidades). La capacidad de control surge del conocimiento del comportamiento de cada individuo, que se obtiene de la utilización que cada persona hace de las TICs. De este conocimiento se saca provecho puesto que la venta de productos, servicios e ideas se basa en saber cómo cualquier persona valora (o actúa ante) cualquier situación y eso ya es posible a nivel individual. Este es, en la actualidad, el objetivo esencial de la gestión del conocimiento: poner en relación datos, hechos y opiniones con el saber acreditado y elaborar una imagen coherente del mundo para alcanzar alguna meta. En este contexto, aunque las personas organizadas en gobiernos y corporaciones siguen teniendo ventaja respecto a los individuos aislados; nada impide que las personas se organicen -a espaldas de los grupos pre-existentes- para alcanzar sus propios objetivos.

Es evidente que no vivimos en una sociedad del conocimiento perfecta, pero, como muchos otros, los autores consideran que aceptar que estamos en camino de alcanzarla contribuye globalmente a alinear esfuerzos para alcanzar esta utopía. Porque se trata de una utopía a la que no deberíamos renunciar, dado que, en su cenit, la sociedad del conocimiento producirá transformaciones sociales, culturales y económicas que potenciarán el desarrollo sostenible y que facilitarán el acceso de todos a la información, a la libertad de expresión y la diversidad lingüística. Se trata de una sociedad en la que, a pesar de sus lados oscuros, muchos darán lo mejor de sí mismos.

Con este libro los autores pretenden contribuir a la construcción de la sociedad del conocimiento, a la que los autores suponen que se llegará mediante la utilización profusa de la tecnologías disponibles y la potenciación de la formación y la educación universal, tanto para que la tecnología se utilice por el mayor número posible de personas, como para fomentar un grado de humanización mayor que el presente en las sociedades actuales. Animados de este espíritu, los autores han redactado esta obra en español (una de las comunidades lingüísticas más activas del planeta), porque es, posiblemente, la más orgánica de entre las grandes comunidades lingüísticas -sin un agente claramente dominante- y, en consecuencia, una comunidad particularmente adecuada para desarrollar la sociedad del conocimiento.

En esta obra se exponen los fundamentos científicos de las principales contribuciones de la gestión del conocimiento a la toma de decisiones, en consecuencia. El lector no debe esperar un manual de métodos y aplicaciones de gestión de conocimiento, sino una presentación sistemática y crítica de las estrategias para abordar la generación y transmisión del conocimiento en todo tipo de sociedades. En el libro no se apuesta por un tipo de organización futura de la sociedad y, por tanto, no se aportan soluciones para resolver problemas de organizaciones específicas; en cambio si se da respuesta a las principales limitaciones de las soluciones hoy existentes: representación homogénea del conocimiento individual (para facilitar su transmisión), integración de las decisiones humanas con la algorítmica de inteligencia artificial para optimizar la toma de decisiones y agregación de las preferencias de múltiples decisores. Específicamente se abordan los siguientes aspectos:

• La situación actual de la sociedad del conocimiento y su evolución hacia la implantación de la democracia del conocimiento. Se analizan especialmente las condiciones vigentes en los principales instrumentos para alcanzar este objetivo: educación y participación pública.
• Las tecnologías disponibles para la organización y análisis de la información. La necesidad de una formación mínima en estas cuestiones en evidente: en la democracia del conocimiento se suelen formular juicios en un ambiente carente de una lógica de comparación universal. En esta situación, la información disponible y su organización influyen decisivamente en el significado que cada persona atribuye a la realidad.
• Las más recientes formulaciones para la aplicación del modelo general para la toma de decisiones.
• Las principales técnicas para obtener una representación homogénea de las preferencias de cualquier individuo. En concreto se analizan y desarrollan los procedimientos de evaluación basados en el análisis de preferencias, la teoría de la utilidad y el análisis de las decisiones pasadas.
• Los métodos de optimización para diseñar el plan de gestión que mejor se adapte a cualquier sistema de preferencias (individuales o colectivas). Se describen tanto los procedimientos derivados de métodos heurísticos (programación entera, MonteCarlo, algoritmos recursivos, algoritmos genéticos, simulated annealing, búsqueda tabú, etc.); como los obtenidos por aplicación de procedimientos no-heurísticos, básicamente los derivados del análisis de redes neuronales.
• Los métodos para la toma de decisiones con múltiples participantes, en sus principales enfoques: extensión del alcance de la participación; agregación de la información de múltiples participantes (con aplicaciones basadas en la votación, en métodos desarrollados para la web 2.0 y en comparaciones interpersonales de utilidad) y desarrollo de la auto-organización que hace que el conjunto del sistema sea más que la suma de sus partes.