EL dios a quien un hombre de la estirpe de Atreo
Apresó en una playa que el bochorno lacera,
Se convirtió en león, en dragón, en pantera,
N un árbol y en agua. Porque el agua es Proteo.
Es la nube, la irrecordable nube, es la gloria
Del ocaso que ahonda, rojo, los arrabales;
Es el Maelström que tejen los vórtices glaciales,
Y la lágrima inútil que doy a tu memoria.
Fue, en la cosmogonías, el origen secreto
De la tierra que nutre, del fuego que devora,
De los dioses que rigen el poniente y la aurora.
( Así lo afirman Séneca y Tales de Mileto.)