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"Bolonia impone trabajo y evaluación continua"

Josefa Isasi Marín<br/>Universidad Complutense de Madrid

Josefa Isasi es profesora titular de Química Inorgánica en la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense de Madrid y cuenta con una amplia trayectoria como investigadora, centrada actualmente en dos líneas: el desarrollo de nuevas aplicaciones para polímeros superparamagnéticos, y la preparación y el estudio de nuevos ortofosfatos y ortovanadatos nanoestructurados. Esta amplia trayectoria se combina con una profunda vocación por el estudio de los problemas del sistema educativo y sus alternativas, los cuales han servido como base de inspiración de su último libro "Desde el conocimiento. ¿Será posible motivar en el estudio?". De estas y otras cuestiones hablamos con ella a continuación.

Autor: Rafael Cordero Avilés.

1.- ¿Cómo se decantó por sus estudios?

Siempre tuve muy claro que iba a estudiar una carrera universitaria, por voluntad propia y porque disfrutaba aprendiendo. Mis padres, como al resto de mis hermanos, nos apoyaron a la hora de cursar nuestros estudios. En un primer momento tenía pensado estudiar Físicas, pero cuando me planteé firmemente iniciar una carrera universitaria, me encontré con que en Ciudad Real no había facultad de Físicas aunque sí de Químicas. Existía lo que se llamaba el Colegio Universitario, centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid. Éste fue el motivo por el cual me decanté finalmente por estudiar la licenciatura de Ciencias Químicas, ya que si me hubiera decidido por Físicas, el gasto para mis padres hubiera sido más grande, aún habiendo disfrutado, como así sucedió, de becas de estudios y transporte. Cursé los tres primeros años de la licenciatura de Ciencias Químicas en Ciudad Real. Para terminar cuarto y quinto de carrera me trasladé a Madrid.

-Nuestra conversación discurre a buen ritmo salpicada de recuerdos, personajes, entre ellos su primer gran maestro, el profesor Antonio Mucientes, y reflexiones sobre su otra gran pasión, la Educación. Todo ello lo hace con una sinceridad pasmosa, de la que previamente te previene con absoluta naturalidad.

Me expresa sin ambages, sus reservas sobre el actual sistema educativo y sobre el que ha de venir, ya que considera que España no está plenamente preparada para asumir los cambios necesarios, ni por estructura, ni por mentalidad. Después, el diálogo se adentra en ámbitos más relacionados con su actual actividad investigadora.-

2.- ¿Qué son los polímeros superparamagnéticos? ¿Para qué se utilizan?

Normalmente, para ciertas aplicaciones biomédicas se necesitan materiales que, de algún modo, puedan ser dirigidos dentro del organismo humano hacia una zona específica, haciendo así posible el transporte, por ejemplo de fármacos, a ese lugar. Por ejemplo, para el tratamiento de un cáncer localizado donde no exista metástasis, es posible utilizar un polímero superparamagnético que en su entorno lleve adherido un determinado fármaco y que gracias a la acción de un campo magnético externo sea posible dirigir dicha asociación, polímero magnético-fármaco, hacia la zona afectada para depositar allí el fármaco en cuestión. De esa forma, el fármaco ejercerá su acción de manera local, evitando así su posible influencia sobre el resto de células del organismo que estén fuera del área objetivo.

Efecto que considera el comportamiento magnético de algunos de los polímeros preparados
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Efecto que considera el comportamiento magnético de algunos de los polímeros preparados.
Foto: Departamento de Química Inorgánica. Facultad de Ciencias Químicas de la UCM.

Los polímeros magnéticos actuarían de este modo como sistemas de dosificación de fármacos. Para esta utilidad es fundamental que el núcleo de estos polímeros esté constituido por un material magnético, compuesto de partículas nanométricas. A ese tamaño las partículas presentan una mayor estabilidad, facilitándose su circulación por el cuerpo humano así como también su degradación o eliminación a través de los procesos digestivos.

Se ha de destacar igualmente, que a tamaño nanométrico, la respuesta de dicho material al campo magnético externo es la correspondiente a la de un comportamiento superparamagnético. Dicho de manera más clara, las partículas constitutivas de ese material están compuestas de átomos en los que existen electrones, y éstos presentan un momento angular intrínseco denominado espín. Este espín actúa como un imán que puede orientarse en presencia de un campo magnético o imán potente, hecho que conlleva que el material pueda ser dirigido mediante el campo externo o frenado cuando el campo magnético se inhiba.

Otro aspecto importante es que para poder aplicar los polímeros superparamagnéticos en biomedicina es necesario el recubrimiento previo de las nanopartículas magnéticas. El recubrimiento superficial con un determinado polímero reduce, por una parte, la tendencia de las nanopartículas a la formación de agregados, y por otra, su posibilidad de oxidación. Además, es sumamente importante que los materiales de este tipo, que se sintetizan en nuestros laboratorios, sean biocompatibles, no tóxicos y en ocasiones biodegradables. La naturaleza del recubrimiento de las nanopartículas inorgánicas es, precisamente, el factor que va a determinar su estabilidad in vitro y su comportamiento in vivo.

He de indicar que, además de ser empleados en tratamientos de cáncer localizado, los polímeros superparamagnéticos presentan otras aplicaciones. En la actualidad, por ejemplo, se investiga asimismo su utilidad a la hora de corregir suturas internas o para evitar la formación de trombos.

3.- ¿Se puede concluir entonces que estos polímeros son elementos de transporte químico orientados hacia la biomedicina?

Sí. Una parte de mi investigación actual la he orientado hacia ese ámbito y esto es debido a que mantengo desde hace tiempo una colaboración de tipo profesional con la Fundación Neurociencias y Envejecimiento. Este organismo, entre otras cosas, está interesado en el desarrollo de una investigación enfocada a la búsqueda de tratamientos paliativos que mejoren la calidad de vida en las personas que sufren enfermedades como el Alzheimer y el Parkinson. El origen y las causas que producen estas enfermedades son aún desconocidos y su determinación íntegra requiere una gran labor de investigación. Hasta la fecha, existen multitud de medicamentos, altamente eficaces, que intentar paliar los síntomas de estas enfermedades, pero los mecanismos que las originan no están muy claros. Existen numerosas preguntas para las cuales no existe, en la actualidad, una respuesta concreta y definida, entre ellas, por qué este tipo de enfermedades afectan a unas personas y a otras no, por qué ciertas personas tienen más propensión a padecerlas que otras...

La Fundación está interesada en la elaboración y ensayo de polímeros superparamagnéticos biodegradables, no sólo porque presenten una utilidad como elementos esenciales en la liberación controlada de fármacos y porque estas sustancias puedan hacerse llegar a determinados centros nerviosos, sino también por la puesta a punto de materiales que sean capaces de corregir problemas cardiovasculares o relacionados con dificultades en la visión. Esperamos que el estudio llevado a cabo en nuestro laboratorio, relacionado con el tema de polímeros superparamagnéticos, nos permita avanzar en las líneas de investigación en las que la Fundación está interesada.

4.- ¿Es equiparable el nivel de desarrollo que hay en España en el campo de la biomedicina, al que hay en el resto del mundo?

Yo creo que sí. En la actualidad, se destina mucho dinero al área de biomedicina con el fin de llevar a cabo diferentes proyectos de investigación. Con independencia del nivel social al que se pertenezca, el instinto de supervivencia es innato a la humanidad y todo el mundo agradece los pequeños y grandes avances que se producen en medicina.

La investigación desarrollada en temas relacionados con la salud puede contribuir a proporcionar una mejora en la calidad de vida de bastantes personas, e incluso a salvar la vida a otras muchas. Además, los resultados más fructíferos, procedentes de este tipo de investigaciones, son los que más se dan a conocer en los medios de comunicación. En polímeros magnéticos se investiga hoy en día para lograr un control del tamaño de partículas constituyentes del núcleo magnético y en la consecución de una distribución homogénea de esas partículas nanométricas en el interior del recubrimiento polimérico.

En este momento, en nuestro laboratorio se están preparando diferentes materiales magnéticos nanoparticulados, a los que se les está intentando recubrir con diferentes cortezas poliméricas biodegradables.

5.- ¿Y su equipo de investigación?

Dentro de mi grupo de investigación propiamente dicho se abordan básicamente dos líneas de investigación. Una de éstas está basada en el estudio de nuevos polímeros superparamagnéticos. Este estudio se inició a raíz de la colaboración establecida entre la Fundación Neurociencias, la profesora Rocío Cuervo y el profesor Jesús Fernández, cuyos detalles se describen en profundidad en la página web: http://www.ucm.es/info/qinterdi. La segunda línea de trabajo, versa fundamentalmente sobre ortofosfatos y ortovanadatos nanoestructurados. Para el buen desarrollo de este trabajo mantengo colaboraciones diversas. En esta línea de trabajo están trabajando Ágata y Marta, mientras que Iván y Pablo, lo hacen en el tema de polímeros superparamagnéticos.

Departamento de Química Inorgánica. Facultad de Ciencias Químicas de la UCM


 

 

 

 

 

 

 

 

 

La profesora Isasi (segunda por la derecha) con su equipo de jóvenes colaboradores.
Foto: Departamento de Química Inorgánica. Facultad de Ciencias Químicas de la UCM.

6.- Respecto a la segunda línea de trabajo centrada en ortofosfatos y ortovanadatos estructurados, ¿por dónde habéis encaminado vuestra investigación?

Hacia la mejora del método de preparación. Los compuestos que sintetizamos en nuestro laboratorio podrían ser empleados en baterías de ión litio como materiales de electrodo o como electrolitos sólidos, a fin de permitir el transporte del ión litio de un electrodo al otro. Algunos de los ortofosfatos que estamos preparando ya han sido sintetizados anteriormente haciendo uso de métodos tradicionales que emplean altas temperaturas y largos tiempos de tratamiento. Sin embargo, a altas temperaturas no se puede asegurar que en los ortofosfatos de litio y titanio, la proporción añadida de litio sea igual a la proporción final del mismo en el material en cuestión. Estamos ensayando nuevos métodos de síntesis para compuestos de este tipo, buscando también el hecho de obtener compuestos nanoparticulados, con el objeto de encontrar una mejora en sus propiedades, lo que habrá de redundar, esperamos, en una mejora en su potencial de aplicación.

Uno de los problemas que presentan los materiales objeto de estudio en nuestro laboratorio es que en el comportamiento conductor de los mismos interfiere la presencia de grandes fronteras entre partículas constitutivas. Con los nuevos métodos de síntesis, intentamos difuminar esas fronteras y obtener compuestos nanoestructurados que presenten ventajas ciertas desde un punto de vista aplicado.

7.- Una honda preocupación educadora.

Josefa Isasi quiere poner de manifiesto asimismo, su honda preocupación como educadora, fruto de su dilatada experiencia docente. En su último libro, "Desde el conocimiento. ¿Será posible motivar en el estudio?", Isasi ofrece una guía dirigida a alumnos, padres y profesores que en la siempre difícil tarea de enseñar y educar, persiguen el desarrollo personal y académico del estudiante, desde el comienzo de su ciclo educativo hasta los estudios universitarios. En una época de profundos cambios en el sistema educativo, el libro aborda también en su parte final, y de una manera muy clara y gráfica, la polémica surgida en torno a la reforma de los estudios superiores, a través del Plan de Bolonia.

8.- ¿Qué ventajas e inconvenientes ve usted a este plan? ¿Cree que nuestro sistema educativo es capaz de asumir los desafíos que implica su puesta en marcha?

El espacio europeo de educación superior me parece maravilloso, considerando que en nuestras facultades y a nuestras aulas acudieran alumnos que tuvieran muchas ganas de estudiar y de trabajar todos los días. Para las personas que entran con esa mentalidad se les ofrece no solamente la posibilidad de disfrutar de clases magistrales, sino también de asistir y participar en lo que se conoce como las tutorías programadas, en los seminarios o en la realización de trabajos dirigidos; es decir, herramientas que les sirven para ir trabajando en la adquisición de unos determinados conocimientos, habilidades y aptitudes. Todo ello en conjunto vendría a ser lo que se denomina una especie de evaluación continua.

Cualquier estudiante que se involucre y se sumerja en un proceso de evaluación continua, aprenderá de un día para otro ya que muchos conceptos se entienden mejor cuando se complementan con la práctica mediante la resolución de ejercicios, problemas o cuestiones relacionadas. Esto contribuye de forma simultánea a un progresivo enriquecimiento intelectual. Sin embargo, no conviene cerrar los ojos ante lo que es una evidencia, y es que, actualmente, una gran mayoría de los estudiantes que acuden a nuestras aulas no lo hacen con ese pensamiento. Algunos alumnos en su primer año en la universidad estudian más bien poco, a las clases pueden asistir o no (....), nadie les controla. Algunos profesores observamos que muchos de ellos se comportan todavía incluso como adolescentes.

Bolonia impone trabajo y evaluación continua en diferentes asignaturas de un nivel determinado. Como profesores que impartimos una determinada materia, cada uno de nosotros deseamos que preparen y trabajen con ganas nuestra asignatura, aunque es claramente perceptible que un cierto número de alumnos no llegan preparados para enfrentarse a un sistema de evaluación continúa dentro de la universidad. Algunos trabajan porque quieren, otros porque lo necesitan, y otros, hablando en su argot, "con tantos laboratorios, clases, tutorías programadas y trabajos dirigidos en asignaturas diferentes, se colapsan". Es evidente que la mentalidad del estudiante universitario actual ha de ir cambiando para poco a poco adaptarse a los tiempos que corren.

Personalmente, intento inculcar a mis estudiantes la idea de que esforzándose se alcanzan los objetivos propuestos, pero eso sí, no conviene que se engañen a sí mismos. Ya son, o al menos deberían ser, adultos. Cada uno debe darse cuenta de s aprovecha bien su tiempo o no. Quizá el secreto resida en sentir pasión por lo que se estudia y en saber organizarse, ya que es de suponer que los estudios superiores son elegidos a libertad de cada uno.

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