“El futuro es el pasado”. La afirmación data de 1975, cuando el movimiento de conservación de la diversidad cultural se plasmó en protocolos y declaraciones de Naciones Unidas. Su evolución ha sido determinante en la fijación presente de reglas y expectativas en torno a los patrimonios materiales e inmateriales de la humanidad. La primera parte del seminario fue, en este sentido, evaluativa, pues recorrió las etapas que han hecho de Alcalá, desde 1998, patrimonio reconocido por UNESCO.
Sin duda, como se afirmó reiteradamente, que figure junto a cinco universidades, la Universidad de Virginia, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Central de Venezuela y la Universidad de Coimbra, en un grupo que destaca por la vinculación entre experiencia urbana y educación superior, les otorga a todas un valor único y excepcional.
En la segunda parte del seminario, se abordaron los intangibles y elementos inmateriales, así como casos prácticos de preservación monumental. En varios casos, se mostró lo posible y aquello que no lo es, por carencia de materiales, costos, pérdida de oficios y capacidades necesarias. O, por supuesto, la existencia o no de voluntades capaces de trascender el corto plazo para pensar en el futuro.