Tengo ruidos en la nuca, doctor.
Siento el cráneo apretar y crujir,
sobre todo si hay penas. No sé...
Hace ya siete años, doctor,
que en vez de pensamiento tengo un ruido
y una pasta muy triste en la cabeza.
Yo haré lo que me diga; yo tendré
paciencia y confianza. Puede ser.
Yo tomaré las medicinas
para poder pensar en mis amigos.
Pero si lo que ocurre, doctor,
es que tengo algún mal que se produce
a causa del amor
y el pensamiento de la resistencia,
entonces, déjelo;
esto no es
más que nuestro sonido natural.
Yo viviré
mejor con este ruido en la cabeza.